_
_
_
_
_
UN AUTOR DE PAISAJES SONOROS

Joaquín Rodrigo, creador del "Concierto de Aranjuez", muere en Madrid a los 97 años

El compositor español más popular e interpretado dignificó la guitarra como instrumento

Nacido en Sagunto, Valencia, el 22 de noviembre de 1901, día de Santa Cecilia, Joaquín Rodrigo Vidre, fallecido ayer en Madrid a los 97 años, era el menor de seis hijos, dos varones y cuatro hembras. Su padre era un terrateniente de Almenara (Castellón), líder del partido conservador en zona republicana. A los tres años de edad, una epidemia de difteria que mató a varios niños le dejó ciego. Fue operado en Barcelona y pudo ver luz y distinguir colores, pero varias intervenciones posteriores no tuvieron éxito y finalmente el glaucoma le cegó por completo. El compositor comentó alguna vez, sin rastro de amargura, que esta desgracia le llevaría a la música. Ingresó en un colegio para niños ciegos en Valencia, y a los ocho años estudiaba ya solfeo, piano y violín en braille. Rodrigo solía citar sus primeras audiciones musicales: un recital de la clavecinista Wanda Landowska y una representación de Rigoletto.

Más información
Algo tiene, algo tiene...
La obra hispana más oída del siglo

Su profesor de armonía y composición fue Francisco Antich. Los músicos Enrique Gomá y Eduardo López Chavarri fueron maestros suyos y ejercieron gran influencia sobre él. El interés por la literatura que siempre mostró Rodrigo se debe en gran parte a un amigo de aquellos años, Rafael Ibáñez, encargado por la familia para instruir al joven, y que más tarde fue también compañero, secretario y copista: "Rafael me prestaba los ojos que yo no tenía", decía a menudo el compositor.

A principios de los años 20, Rodrigo era un pianista espléndido y un estudiante de composición fascinado por (y familiarizado con) las corrientes más importantes del arte. Ravel y Stravinski eran dos de sus grandes referencias. Rodrigo decidió irse a París y en 1927 siguió los pasos de Falla, Albéniz y Turina.

Durante su vida, Rodrigo compuso al menos otras 26 piezas para guitarra además del Concierto de Aranjuez, con lo que contribuyó decisivamente a dignificar la guitarra como instrumento de concierto. Algunos hablan de Rodrigo como artista cercano a la Generación del 27, grupo al que estuvo unido, sobre todo, a través de su amigo Regino Sáinz de la Maza, motor y vehículo de transmisión de su música, y solista en el estreno de la obra cumbre del compositor, que se la dedicó al guitarrista.

Sus obras de juventud, dicen los expertos, se caracterizan por un delicado lirismo, colores orquestales a veces muy atrevidos y un vocabulario armónico que recordaba a Granados. Esas características, y otras más, se desarrollarían durante largos años de estudio con Paul Dukas en París. Allí, Rodrigo se hizo amigo de Manuel de Falla, quien le ayudó siempre a prosperar y estrenar. Y allí conoció a Victoria Kamhi, su futura esposa. La pianista turca, fallecida en 1997, publicó hace unos años una extensa biografía del maestro y de su vida juntos, De la mano de Joaquín Rodrigo: historia de nuestra vida.

Tras una estancia de unos años en Friburgo, al fin de la guerra civil española Rodrigo volvió a España de la mano de Antonio Tovar, que le ofreció un puesto en el departamento de Música de Radio Madrid. En una de las maletas trajo el manuscrito final del Concierto de Aranjuez. Cuando se instaló en Madrid, el compositor trabajó como crítico musical en los diarios Pueblo, Marca y Madrid, y como jefe de la sección de Arte y Propaganda de la ONCE, actividad que ejercería durante muchos años, igual que la docencia. La organización difundió ayer un comunicado en el que definía la muerte de Rodrigo como "un mazazo para todos los ciegos de España".

Tras el estreno de su obra magna, en 1940 en Barcelona, Rodrigo no paró de componer. Lo hizo en todos los géneros y estilos, musicó ballets y películas, escribió canciones, zarzuelas, piezas vocales, para piano y para orquesta... No dejó de hacerlo hasta los años 80, que con los 90 fueron tiempos de premios y reconocimiento. Algo que él siempre recibió con sorprendida modestia. Cuando, en 1996, le anunciaron el Príncipe de Asturias de las Artes, el compositor dijo: "¿Y a mí por qué?".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_