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El presidente argelino concede el indulto a miles de islamistas antes de su debate en el Parlamento

Juan Carlos Sanz

ENVIADO ESPECIALArgelia se mueve con ritmo rápido. Tras dos décadas de ostracismo político, el presidente Abdelaziz Buteflika se ha marcado un vertiginoso programa para volver a ocupar un lugar en la historia del país magrebí, que hoy cumple 37 años de independencia. Sin esperar a la conmemoración oficial, Buteflika indultó ayer a miles de islamistas -entre 5.000 y 15.000, según la prensa argelina-, horas antes de que el Parlamento comience hoy a debatir la Ley de Concordia Civil, que sentará las bases de una reconciliación nacional después de siete años de violencia y 100.000 muertes. Sólo los autores de matanzas, de atentados con bomba en lugares públicos y de violaciones quedarán excluidos del perdón.

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Reconciliación sin verdad

La población argelina espera ahora que el presidente Buteflika, elegido hace apenas tres meses, anuncie, previsiblemente esta noche en un discurso a la nación televisado, nuevas medidas de pacificación, entre las que figurarían el levantamiento del estado de excepción impuesto en el país desde febrero de 1992, o la creación de una comisión de investigación sobre los 3.000 casos de personas desaparecidas tras haber sido detenidas por las fuerzas de seguridad. Pero el gesto de clemencia más simbólico puede llegar con la inmediata liberación del jeque Abasi Madani, líder histórico del Frente Islámico de Salvación (FIS), quien se halla en situación de detención domiciliaria. Madani ya hizo pública una carta en junio en la que expresaba su apoyo a la política reconciliadora de Buteflika. Las posibilidades de que el número dos del FIS, el imam radical Alí Benhady, sea excarcelado son, sin embargo, mucho menores.

Para acallar las especulaciones de la prensa de Argel, la presidencia de la República difundió al mediodía de ayer un comunicado, a través de la agencia estatal APS, en el que se destacaba la voluntad "personal" del jefe del Estado de "conducir hasta el final el proceso de restablecimiento de la concordia civil". "Al indultar a miles de detenidos implicados en casos de terrorismo", añadía el comunicado, "el presidente da un profundo sentido a la clemencia del Estado y muestra que la lucha contra el terrorismo no se limita sólo a combatir su existencia, sino que es más amplia y debe tender a restablecer los vínculos entre todos los ciudadanos y a eliminar las causas de sus frustraciones, actuales o potenciales". El indulto se aplicará a aquellos presos islamistas involucrados en redes de apoyo a los grupos integristas armados y que no se encuentre implicados en "crímenes de sangre".

Éste será precisamente el eje sobre el que girará la ley de concordia civil, que ayer fue presentada ante la Asamblea Nacional Popular (Cámara baja del Parlamento) por el primer ministro, Smail Hamdani. La nueva ley de perdón, anunciada por Buteflika tras el abandono de la lucha armada por parte del Ejército Islámico de Salvación (brazo armado del FIS) puede entrar en vigor, con una inusual urgencia parlamentaria, en apenas dos semanas. Hamdani advirtió ayer a los diputados de que los "autores de crímenes de sangre serán juzgados tarde o temprano".

Puntos polémicos

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Uno de los puntos más polémicos de esta norma es la posible incorporación de los antiguos combatientes islamistas a las unidades militares y de las fuerzas de seguridad que luchan contra las guerrillas activas en el interior del país, como el Grupo Islámico Armado (GIA). "Aquellos que se beneficien del indulto pueden contribuir a ayudar a erradicar el terrorismo de nuestro país", precisaba el comunicado difundido por la presidencia de la República. Aunque Buteflika tiene garantizado que la ley de Concordia Civil será aprobada con una amplia mayoría del Parlamento, ayer reiteró que convocará un referéndum para que los argelinos confirmen en las urnas sus medidas de reconciliación y pacificación nacional. "El presidente promete que los resultados del referéndum serán respetados", añadía el comunicado oficial, en una clara alusión a la promesa del jefe del Estado de presentar la dimisión si no logra el respaldo de los votantes.

Y tras la conmemoración del 37º aniversario de su independencia, Buteflika se dispone a desempolvar su pasado liderazgo internacional entre los próximos días 8 y 14, durante la celebración en Argel de la cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA), que pretende simbolizar también la apertura del país magrebí al mundo al final de un sangriento conflicto interno. Poco después, entre el 15 y el 18, según pronosticaba ayer el diario El Watan, el presidente nombrará su primer Gobierno (el actual fue heredado de su predecesor, el ex general Liamín Zerual) con una amplia base de partidos oficialistas e islamistas moderados.

Todo parece marchar con vertiginosa rapidez en la política argelina, pero anoche no se había producido todavía un anuncio oficial del número exacto de presos que van a ser excarcelados a raíz del perdón presidencial ni de la localización de las prisiones en las que se encuentran detenidos.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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