_
_
_
_
_

Procesado el alcalde de París por la financiación ilegal de los gaullistas

Contra lo que él mismo declaró meses atrás, el alcalde de París, Jean Tiberi, no es un hombre intocable, por grandes que sean las atenciones y gestos de deferencia que le prodiga su predecesor en el cargo y hoy presidente de la República, Jacques Chirac. Eso es, al menos, lo que piensa el juez Éric Halpen, que ayer le comunicó su procesamiento por "complicidad en el tráfico de influencias". El sumario contra Tiberi se centra en el cobro de comisiones a empresas en contratos públicos de construcción

Más información
Objetivo, la presidencia

El muy polémico alcalde de la capital francesa es el último eslabón de la cadena de procesamientos dictados por los jueces franceses que investigan la vasta red de financiación ilegal de su partido, la Unión para la República (RPR, gaullista). Ironías de la vida, el procesamiento llega dos semanas después de que, para escándalo de muchos y manifiesta irritación de sus compañeros del RPR, Jean Tiberi anunciara a bombo y platillo que piensa presentarse a la reelección. Aunque la perspectiva resulte desalentadora para el conjunto de la derecha, que ve en la candidatura del actual regidor el camino más seguro para perder el bastión de la capital, es más que dudoso que, procesado o no, Jean Tiberi dé su brazo a torcer.

El papel de Chirac

Como en tantos otros asuntos en el campo de la atomizada oposición, la respuesta la tiene Chirac, en su condición de líder natural de la derecha francesa. Tras los sucesivos desastres electorales, la eventual pérdida del Ayuntamiento de París -que debe renovarse en marzo del 2000- tendría un impacto psicológico indudable en la lucha por la presidencia, que izquierda y derecha librarán en el 2002. Pese a la lejanía de las fechas, la cohabitación forzosa entre una presidencia conservadora y un Gobierno de izquierdas impone, en este caso, una suerte de campaña electoral permanente, denunciada por todos aquellos que propugnan la reforma del particular sistema francés.

Después de cinco años de investigaciones, el magistrado Éric Halphen cree disponer de indicios suficientes sobre la implicación de Tiberi en las malversaciones cometidas en la administración de los HLM ( viviendas de protección oficial, en sistema de alquiler). El alcalde presidía en la época investigada, entre 1991 y 1994, la Oficina Pública de Acondicionamiento y Construcción (OPAC) de la capital francesa, desde la que, presuntamente, se adjudicaron obras y servicios a empresas privadas dispuestas a pagar comisiones.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El personaje clave del asunto, Jean-Claude Méry, promotor inmobiliario y hombre de negocios fallecido recientemente, fue señalado por los investigadores como el "recaudador" principal del RPR. Antiguo miembro del comité central de este partido, el fallecido estaba acusado de haber facilitado a esas empresas, a cambio de dinero, información confidencial sobre las características y condiciones de las subastas públicas para la adjudicación de los contratos. Buena parte de los directivos de la OPAC de aquellos años se encuentran procesados; entre ellos, Georges Pérol, vinculado personalmente a Jacques Chirac.

"Me atrevo a esperar que ninguno de mis amigos utilizará esto contra mí", advirtió el alcalde, pensando probablemente en la reunión que la ejecutiva del RPR mantendrá hoy. El mensaje que la derecha viene lanzando a Jean Tiberi desde que anunció su candidatura se resume en la expresión: "No nos lo pongas más difícil".

El alcalde se hace el despistado y sólo reacciona, para contraatacar con extraordinaria agresividad, cuando los consejos envuelven una descalificación evidente. Hasta ayer, al menos, Tiberi confiaba en la protección presidencial, en los resortes de que dispone para hacer que Jacques Chirac le reciba con grandes cumplidos en el Elíseo. Como en el caso de aquella recepción en la que el presidente abrazó efusivamente y besó a la señora Tiberi, que había pasado una mala noche en la comisaría, donde tuvo que testificar sobre el famoso informe de la francofonía que costó al erario público 200.000 francos y que no era más que una copia de un trabajo anterior.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_