Ángela Calero se inicia en el diseño de joyas con pretensiones artísticas

Esclavos con grilletes, serpientes con cuerpo transparente y formas marinas son la base de las esculturas que Ángela Calero ha transformado en joyas. La artista cordobesa presentará mañana, en el Colegio de Arquitectos de Málaga, su primera colección de joyas. Ángela Calero (Pozoblanco, 1948) parte de la tradición de la orfebrería cordobesa y pone esa técnica perfeccionada durante siglos al servicio de unas formas totalmente contemporáneas. "He tratado de crear piezas con alma. Joyas que sean algo más que un adorno y puedan contemplarse como una pequeña obra de arte, pero sin pretensiones", comenta la diseñadora, que reside en Málaga. La colección se inicia con Esclavos, una serie basada en esculturas de bronce a la cera perdida y unidas con cadenas de plata. "Es pura ironía. Una reflexión de la esclavitud que impone el mercado de la moda. Es como una invitación a que cada persona tenga la imagen con la que se sienta más cómoda, no la que impongan las multinacionales", asegura la artista. Esa invitación a obviar las rígidas pautas del mercado se ve aún más clara en la serie Gran ocasión. Son collares, pulseras y tobilleras de hilo de plata, cristal de roca, granates o amatistas que forman una atractiva y lujosa maraña. "La colección es el fruto de un largo peregrinaje por otras artes. He pasado por la fotografía, la pintura y la escultura buscando un modo de expresión adecuado, pero nunca he sido demasiado constante. Creo que este tipo de joyas me permite hacer lo que estaba buscando", comenta la artista, cuyas creaciones -que podrán verse en el Colegio de Arquitectos hasta el 2 de julio-, salen esta semana al mercado en Málaga, Madrid y Barcelona. Serpientes, la serie más atrevida de la colección, juega con la forma del reptil que se enrosca en el cuerpo. "Es una joya muy sensual y la flexibilidad del hilo de plata permite que cada persona la use de forma distinta", añade.