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COAG reclama que la UE compense al sector hortofrutícola por acuerdos con países mediterráneos

Alejandro Bolaños

Los productores de frutas y hortalizas están pendientes de Bruselas. El sector que más aporta a la producción final agraria de la región, por encima incluso del olivar, establecerá una dura competencia en la próxima década con las explotaciones del Magreb y de Oriente Medio que, merced a acuerdos de asociación que se firmarán proximamente, disfrutarán de aranceles reducidos (o nulos) en muchas de sus exportaciones a países europeos. La Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG) reclamó ayer a la UE que evalúe el impacto en el sector de estas concesiones comerciales y apruebe compensaciones económicas para paliar los "graves daños a la agricultura andaluza".

El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reúne el próximo lunes para valorar la última propuesta de cooperación comercial con Egipto, a la que probablemente dará su visto bueno. Si, finalmente, se cierra el acuerdo de asociación con las cifras de la última oferta comunitaria, el país norteafricano accederá a importantes cupos de exportación de productos agrícolas, sobre todo en el sector hortofrutícola. Egipto podrá exportar a países europeos, con fuertes reducciones en los aranceles vigentes hasta ahora, 165.000 toneladas de naranjas, 470.000 toneladas de patatas tempranas, 32.000 toneladas de arroz, 3.000 toneladas de fresa, 50.000 toneladas de judía verde y 9.000 de flor cortada en los próximos tres años si los ministros de Exteriores de la UE firman el acuerdo. "Tenemos que dar un puñetazo en la mesa", afirmó ayer el secretario regional de COAG, Miguel López quien anunció en rueda de prensa que la asociación agraria ha convocado para el próximo lunes una concentración en Madrid ante el Ministerio de Asuntos Exteriores para exigir que proteja al sector y reclame en foros comunitarios compensaciones económicas a los productores. López recordó que, en el último acuerdo de asociación con Marruecos (que se renovará en el 2000), se admitió la necesidad de evaluar el impacto en los agricultores de la concensión de contingentes comerciales a terceros países y de fijar compensaciones económicas. "En realidad sólo fue un pronunciamiento, palabras que luego no se han hecho realidad", admitió el secretario regional de COAG, quien, de todos modos echa de menos esa declaración en el acuerdo del lunes. Los productores no temen tanto las cuotas concedidas a Egipto como que este acuerdo sea el primero de una serie con países mediterráneos en los que se prevé un aumento brutal de las exportaciones de frutas y hortalizas con aranceles reducidos o nulos. "Por ejemplo, para la fresa, Marruecos y Turquía tendrían un contingente ilimitado", señala López. Idéntica situación se daría, según las últimas propuestas, con la naranja de Palestina, el tomate de Jordania o todos los productos hortofrutícolas de Argelia. No es que los productores hortofrutícolas se opongan a la apertura comercial a terceros países. "Desde el punto de vista global es una buena medida", indicó López. Pero, en palabras del dirigente de la COAG, están hartos de "ser moneda de cambio" en la política exterior comercial de la Unión Europea. Y es que, los países del Magreb o de Oriente Medio que suscriben estos acuerdos de asociación deben, como contrapartida, dar facilidades a las exportaciones de productos comunitarios excedentarios, normalmente continentales (vacuno, leche, azúcar y cereales) y bienes de equipo. Los números que ayer facilitó la COAG dejan claro cuáles son los países comunitarios que más ganan con estos acuerdos: las exportaciones de Alemania suman 1.575 millones de pestas al año y las de Francia, 1.466 millones, frente a los 394 millones de España. Las quejas de los agricultores van, incluso, más allá: "Se está abriendo demasiado la mano", dijo López quien aseguró que los productos de terceros países no pasan los mismo controles que las comunitarias y que los contingentes "se superan casi siempre". El secretario andaluz de la COAG recordó que el sector hortofrutícola (que en la región ocupa 400.000 hectáreas y da empleo a 140.000 personas, sobre todo en Almería y Huelva) apenas cuenta con ayudas de la UE, en relación a otros cultivos. Recorte de ayudas La producción europea de frutas y hortalizas se rige por una Organización Común de Mercado (OCM) aprobada en 1996, que estableció un mecanismo de ayudas a través de programas operativos para la modernización de las explotaciones. "Se han quedado sin presupuestos, las ayudas son ridiculas", aseguró López. Sin embargo, esas ayudas estructurales pueden dejar al sector fuera del otro gran aporte de fondos comunitarios. La Comisión Europea (adoptando criterios de la Agenda 2000) ha señalado la incompatiblidad de los programas operativos con las ayudas al desarrollo rural, de las que el sector obtiene 10.000 millones de pesetas anuales. "Sin esas ayudas no podremos modernizarnos y competir", explicó López quien considera que la UE debe, en compensación por los acuerdos comerciales con países terceros, garantizar que los productores hortofrutícolas seguirán accediendo a esos fondos de desarrollo rural.

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