_
_
_
_
_
GUERRA EN YUGOSLAVIA Acuerdo de Paz

Los aliados advierten de que sólo pararán los ataques cuando verifiquen la retirada

Si no lo veo, no lo creo. La Alianza Atlántica se puso ayer su vestido más incrédulo y exigió hechos a Milosevic. Los bombardeos no pararán hasta que no tenga pruebas de que ha empezado la retirada de las fuerzas serbias de Kosovo. De igual opinión es el presidente norteamericano, Bill Clinton, quien anoche aseguró que no ordenará una suspensión de los bombardeos hasta "comprobar que las fuerzas serbias han comenzado una retirada de Kosovo que pueda ser verificada". De momento, los ataques aéreos continuaron ayer, aunque evitaron Belgrado.

Más información
La fuerza de paz internacional puede desplegarse en 48 horas

La Alianza apenas hizo comentarios públicos sobre los acuerdos de Belgrado. "La OTAN está siguiendo muy de cerca las noticias que llegan de Belgrado. Pero quiero subrayar que la OTAN no tiene ningún comentario que hacer acerca de esos puntos. No lo haremos hasta que el Consejo Atlántico haya recibido un informe exhaustivo sobre el desarrollo de las conversaciones que el presidente [Martti] Ahtissari y el señor [Víktor] Chernomirdin han mantenido con las autoridades yugoslavas. Mientras tanto las operaciones aéreas continúan", enfatizó el portavoz civil aliado, Jamie Shea. Tras la reunión mantenida con el subsecretario de Estado norteamericano, Strobe Talbott, el Consejo Atlántico (que reúne a los 19 embajadores de los países miembros de la OTAN y al secretario general, Javier Solana) no emitió ningún comunicado ni reacción oficial esta madrugada.

Evitar una treta

El portavoz aliado subrayó que la OTAN cuenta con medios más que suficientes para asegurarse de que la retirada serbia sea real y no una treta. "Quiero dejar claro que podemos verificar con toda claridad la retirada yugoslava. Si podemos localizar un tanque camuflado, podemos verificar la partida de todo un Ejército de Kosovo. Pero por supuesto se va a llegar a acuerdos en forma debida para verificarlo", dijo.Los bombardeos de la Alianza prosiguieron durante todo el día de ayer. La OTAN dio cuenta de 664 salidas, de las cuales 308 fueron misiones de bombardeo. La agencia oficial de noticias yugoslava, Tanjug, dio cuenta de ataques en diversos puntos del sur del país, pero en Belgrado no sonaron las sirenas.

Por su parte, en una declaración efectuada anoche en la Casa Blanca, el presidente de la potencia que lidera la campaña de la OTAN dio la "bienvenida" a la aceptación por el presidente y el Parlamento yugoslavos del plan de paz del G-8, pero, a partir de sus "pasadas experiencias con Milosevic", expresó asimismo su "cautela".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La campaña aérea, dijo Clinton, continuará hasta que EE UU y la OTAN hayan conseguido "claridad sobre lo que ha aceptado Milosevic" y puedan "verificar que lo está cumpliendo". El presidente había sido informado telefónicamente de las conversaciones de Belgrado por el enviado especial norteamericano, Strobe Talbot.

Ni Clinton, ni ninguna otra autoridad norteamericana, explicaron cómo pueden retirarse las fuerzas de Milosevic si al mismo tiempo continúan siendo bombardeadas. No obstante, fuentes del Pentágono informaron de que discutían con el mando militar de la OTAN una posible fórmula para continuar con la campaña aérea en los próximos días, pero no en las zonas donde deben agruparse y comenzar a replegarse los soldados, policías y milicianos serbios. Clinton se reunió anoche con la junta de jefes de Estado Mayor por primera vez desde el comienzo del conflicto. Clinton y sus generales estudiaron la participación de 7.000 soldados norteamericanos en la fuerza de paz para Kosovo, pero también, no dando por cerrada la crisis, hablaron de planes para una posible ofensiva terrestre este verano.

[También el primer ministro británico, Tony Blair, se mostró cauto y receloso, según informa Reuters. Blair, el más duro de los líderes europeos en el asunto de Kosovo, dijo que Occidente debería ver hechos además de palabras. "Debemos conseguir su aplicación [del acuerdo], es decir la retirada de las fuerzas serbias", precisó, antes de tomar en la Alianza la decisión de detener los bombardeos.

El resto de los europeos reaccionaron de manera diversa. El presidente francés, Jacques Chirac, aplaudió "el espíritu de paz", pero precisó que esperaba que se confirmara con "la prueba de los hechos". "Ahora les conrresponde a los dirigentes serbios poner en marcha de forma escrupulosa los compromisos que han adquirido", añadió Chirac. Chirac recordó, no obstante, que "los sufrimientos [de los refugiados] no se borrarán en un día". El primer ministro italiano, Massimo D"Alema, pidíó que la campaña de bombardeos "se pare tan pronto como las fuerzas serbias empiecen a dejar la provincia".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_