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"Si llega un tren tras lanzar la bomba es mala suerte, no error"

Miguel González

Durante los dos meses largos que dura ya el conflicto de Kosovo, los militares españoles han sido los grandes ausentes. Mientras la opinión pública se familiarizaba con nombres de algunos generales norteamericanos, los españoles permanecían en la sombra. Tras arduas gestiones, EL PAÍS consiguió hablar ayer con Santiago Valderas Cañestro, de 65 años, jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) y, como tal, máximo mando operativo de las Fuerzas Armadas españolas. Desde el viernes, luce en los galones la cuarta estrella, de general del Aire, que el Gobierno ha concedido a todos los miembros de la cúpula militar para asimilarlos a sus homólogos de la OTAN. Hoy, junto al Rey, el Príncipe y el ministro de Defensa, asistirá en Cartagena (Murcia) al Día de las Fuerzas Armadas, que por primera vez se celebra en medio de una guerra que él prefiere calificar de "operación militar", porque "no ha habido una declaración formal de guerra" aunque, reconoce, "es difícil que se produzca hoy en día, ya que esas cosas han pasado un poco a la historia". Pregunta. España participa con seis F-18 en los ataques a Yugoslavia. ¿Mantiene algún control sobre ellos o se ha limitado a cederlos a la OTAN?Respuesta. Cuando el Gobierno decidió intervenir, cedió el control operativo de esos aviones a los mandos aliados, pero con restricciones. No se puede cambiar la misión para la que han sido encomendados y el Gobierno se reserva la posibilidad de retirarlos. Si el comandante supremo de la Alianza quiere hacer algo distinto a lo autorizado, debe pedir permiso al Gobierno español.

P. ¿Recibe usted información puntual de sus operaciones?

R. Por supuesto. Todos los días la recibo por varios canales: por la Alianza y por nuestra gente, en el CAOC [Centro de Operaciones Aéreas Combinadas] de Vicenza y en el destacamento de Aviano. Nos informan de cuál ha sido el resultado y de lo programado para el día siguiente. Además, el Jemad español es miembro del Comité Militar aliado que, al fin y al cabo, es el que le da las órdenes al general Clark.

P. ¿España se ha negado a que los F-18 cumplan alguna misión por salirse de lo autorizado?

R. No. Lo que España dijo es que el piloto tiene que conocer con antelación su objetivo, para que pueda estudiarlo, comprobar que es fácilmente identificable y está suficientemente aislado para evitar daños colaterales.

P. ¿Cuántas misiones han realizado los F-18 y de qué tipo?

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R. Hemos superado las 200. La mayoría son de ataque a suelo, pero también de protección frente a posibles incursiones de aviones enemigos. El blanco normalmente está prefijado. En ocasiones, se quedan a la espera por si surge un blanco de oportunidad, pero tiene que estar muy claro y muy bien definido.

P. ¿Han pasado los aviones españoles alguna situación de especial riesgo? ¿Se han enfrentado a los Mig yugoslavos? R. Sólo una vez se les asignaron unos aviones, pero se dieron la vuelta antes de que los españoles pudieran acercarse.

P. Serra anunció el sábado que los españoles habían dirigido tres formaciones de la OTAN.

R. Lo han hecho otras veces, la última ayer mismo, pero el día que lo dijo el ministro fue la primera vez que los seis F-18, que siempre actúan por parejas, como la Guardia Civil, mandaban los tres paquetes en los estaban integrados. Es un orgullo que el comandante de la OTAN tome una decisión así.

P. Hasta ahora, los aviones españoles no han estado implicados en los polémicos errores aliados. ¿Es cuestión de preparación o de suerte?

R. De todo un poco. Los pilotos españoles están magnificamente preparados, al nivel de los mejores, pero también hay que tener un pelín de suerte.

P. ¿Por qué se han cometido tantos errores?

R. Yo creo que son muy pocos, teniendo en cuenta que llevamos más de 20.000 misiones. Si a un piloto le asignan un puente y en el tiempo en que tarda la bomba en llegar al objetivo aparece un tren, no es un error, es mala suerte. Se lanza desde muy alto y también el tiempo de vuelo del arma es largo. Luego están los imponderables.

P. ¿Y el bombardeo de la Embajada china?

R. La Alianza ha dicho que sus mapas no estaban actualizados. Me lo creo.

P. Usted mismo admite que los pilotos vuelan muy alto, ¿no deberían bajar, aunque suponga asumir más riesgos?

R. El sistema de defensa aéreo yugoslavo es importante. Volar por debajo de los 20.000 pies [6.000 metros] supone un riesgo realmente alto. Hay que tener en cuenta que el terreno es muy montañoso y que el piloto debe tener un colchón de seguridad sobre la capa de nubes inferior para que le dé tiempo a escapar si ve un misil. Entiendo que alguien pida que los pilotos bajen, pero creo que es una decisión muy bien tomada.

P. ¿Es una decisión de los políticos o de los militares?

R. Los pilotos están para cumplir las órdenes que se les dan.

P. Usted es piloto. ¿Se está empleando toda la capacidad del poder aéreo o la OTAN es como un boxeador con una mano atada?

R. Toda la capacidad no. Pero es que lo que se pretende es que Milosevic entre en razón, no destruir un país ni matar a nadie. Lo más fácil hubiera sido empezar con un bombardeo masivo de Belgrado y no se ha hecho.

P. A estas alturas, ni siquiera se ha destruido por completo la defensa aérea yugoslava.

R. Se le ha hecho bastante daño, pero es verdad que la han utilizado muy poco, y así no hay forma de localizarla y destruirla. No cabe duda de que éste no es un Ejército tercermundista, tienen una larga tradición partisana y saben lo que hacen. Están aplicando una táctica muy conservadora, reservando sus armas.

P. ¿Cuánto más durarán los ataques? Se habla de dos meses.

R. La meteorología, que ha sido muy adversa, se supone que va a mejorar. Confío en que termine antes de que entre de lleno el verano. Hay indicios de que algo se está moviendo. Espero que la operación aérea sea suficiente y se logre un acuerdo que nos permita parar una vez comprobado que se cumplen las condiciones

P. La OTAN ha decidio aumentar de 28.000 a 45.000 efectivos la fuerza que se desplegaría en Kosovo cuando se logre un acuerdo. España, que ofreció 1.200 soldados, ¿ha sido sondeada para incrementar su contribución?

R. No, porque aún no se ha celebrado la conferencia de generación de fuerzas para revisar ese plan. No cabe duda de que la situación no es la misma y habrá que hacer un esfuerzo especial, por ejemplo, para desminar o restablecer vías de comunicación. Eso explica seguramente el incremento que se contempla.

P. Las Fuerzas Armadas españolas se marcaron como objetivo poder mantener simultáneamente dos operaciones como la de Bosnia. ¿Se ha logrado?

R. Sí, estamos en condiciones de mantener a la vez dos agrupaciones de unos 1.500 hombres o una sola de mayor entidad.

P. Y si no hablamos de misiones de paz, sino de combate, ¿cúál es la capacidad?

R. La mínima capacidad que seríamos capaces de mantener estaría en unos 5.000 hombres.

P. ¿Cuánto tiempo sería necesario para iniciar una invasión terrestre, si así se decidiera?

R. Para entrar, muy poco tiempo, sólo algunas semanas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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