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ELECCIONES 13-J Autonómicas

Aznar acude a Asturias con el vicepresidente primero para transmitirle su apoyo

Javier Casqueiro

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el vicepresidente primero, Francisco Álvarez Cascos, retornaron ayer juntos a Asturias por primera vez en los tres años que llevan en el Gobierno para intentar frenar lo que parece imparable: el castigo electoral al PP por haber desatado la mayor crisis institucional en una comunidad autonóma que gobernaba, además, ese partido. Los discursos de los oradores en este mitin de precampaña del PP en Gijón fueron encaminados a alertar sobre el peligro de que el PSOE vuelva a gobernar en Asturias. Con el ejemplo de su gestión por delante y ante 8.000 seguidores en el Pabellón Polideportivo, Aznar llamó a los asturianos a "no mirar al pasado, ni volver atrás, a las recetas viejas, a las políticas de déficit y despilfarro".El presidente llevaba un guión que no quiso variar por acontecimientos de última hora. Tras recalcar su compromiso de recuperación de Asturias para el futuro de España en el siglo XXI, Aznar insistió: "Que nadie se entretenga en cosas de poca importancia".

Aznar dio paso después a un homenaje público, y en su tierra, a Álvarez Cascos, el detonante de la mayor crisis institucional conocida en España entre el Gobierno central y uno autonómico. Aznar confesó que había observado durante este periodo cómo le habían "dado toda la cera que no está en los escritos" a su fiel colaborador. Auguró que recibirá más en el futuro y reveló que Cascos la había aguantado "para bien del Gobierno y de Asturias". Aznar le prometió que a Cascos nunca le faltará el aliento del presidente.

El jefe del Gobierno enumeró de nuevo las conocidas claves de su proyecto político de centro reformista (continuidad de la Constitución, estabilidad institucional, empleo y reformas liberalizadoras). En el apartado de la estabilidad reconoció que algunos le achacan que la política en España ahora es aburrida y vaticinó que, como depende de él, las próximas elecciones generales no serán hasta dentro de casi un año, en la primavera del 2000. Momento que aprovechó para ironizar sobre los problemas de candidatos en el PSOE: "Lo digo para que algunos no se pongan nerviosos".

Aznar dedicó la parte final del mitin a reflexionar de manera muy atropellada sobre varios de sus éxitos, fundamentalmente en la parte económica. Fue cuando habló de los empleos creados (1.700.000 en toda la legislatura) o de las pensiones pagadas o de cómo dejará a cero el déficit de la Seguridad Social. Y esos ejemplos le sirvieron para subrayar que esas políticas "no pueden concluir porque lo que no vale es mirar al pasado, a las recetas viejas, volver atrás". Aznar entiende que si esas medidas puestas en práctica por su Gobierno han funcionado no tiene sentido cambiarlas ahora, "ni que Asturias y los asturianos den un paso atrás".

Sobre el partido creado por su excompañero, Sergio Marqués, la Unión Renovadora Asturiana (Uras), apenas se permitió esta referencia: "Hay ofertas del pasado y otras que no sé lo que son, pero que no van a ningún sitio".

Cascos, bastante emocionado, sólo entonó una frase alusiva a la sangría que ha vivido el PP en Asturias. Comentó que este partido tiene un programa reformista frente "a los que quieren convertir la política regional en una oficina de negocios particulares".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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