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0, 1, 2 y... ¡Prop!

Uno de los problemas políticos que arrastran los responsables de Administración Pública es que controlan un aparato que resulta esencialmente opaco a los ojos de los ciudadanos. La palabra funcionario se asimila a legajos y a un ambiente gris. A lo largo de la presente legislatura, los responsables de Administración Pública han jugado con nociones empresariales para dotar de una imagen de marca a los servicios que prestan y han hecho un esfuerzo por "reestructurar físicamente el trato con los ciudadanos". Las oscuras dependencias atendidas por funcionarios mal encarados de nueve a dos se han convertido en puntos Prop, edificios aseados y luminosos donde atentas azafatas vestidas de rojo acogen con la mejor de sus sonrisas a los visitantes en jornada de mañana y tarde, al menos sobre el papel. La comodidad de los usuarios se ha ampliado con el denominado teléfono Prop. El ciudadano marca cero, uno, dos y ... ¡Prop! El éxito de la marca está por ver, pero la demanda de efectos inmediatos por los máximos responsables políticos para dotar determinadas iniciativas ha sido satisfecha. Como resultado, los responsables de la modernización de la Administración Pública de la Generalitat han contado con fondos que nunca soñaron sus predecesores.

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