Partitura póstuma
El director estadounidense de origen japonés Kent Nagano (Berkeley, 1951) ha logrado situarse entre las batutas más cotizadas de su generación con una irreprochable trayectoria como director musical de la Ópera Nacional de Lyón, desde 1989, y de la venerable Orquesta Hallé de Manchester, desde 1991. Nagano, uno de los más ardientes defensores de los compositores clásicos del siglo XX, tanto en el terreno operístico como en el sinfónico, clausura esta noche (21.00 horas) en el Palau el ciclo de conciertos Pro Música dirigiendo obras de Debussy y Mahler al frente de la Orquesta Hallé, el decano de los conjuntos sinfónicos profesionales británicos. Dos fragmentos de los Nocturnos, de Debussy: Nubes y Fiestas, y La canción de la tierra (Das lied von der Erde), de Mahler, integran el programa del concierto. En la monumental partitura mahleriana, una sinfonía en seis movimientos para tenor, contralto y orquesta, actúan como solistas vocales la mezzosoprano Nadja Michel y el tenor Donald Litaker. Basada en poemas de La flauta china, antología de antiguos poemas chinos traducidos al alemán por Hans Berght, La canción de la tierra es una obra única en su género, en la que Mahler realiza un apasionado y conmovedor paseo por el amor y la muerte. La inmensa partitura se estrenó póstumamente el 20 de noviembre de 1911 en Múnich bajo la dirección de Bruno Walter, apenas seis meses después de la muerte del genial compositor bohemio. Además de su relación artística con la Orquesta Hallé, fundada en 1858, Nagano actúa regularmente con la Sinfónica de Londres en su condición de director asociado y, a partir de la temporada 2000-2002, asumirá también la dirección musical de la Orquesta Sinfónica Alemana de Berlín. En su amplia discografía destacan títulos como Billy Budd, de Britten; Diálogo de carmelitas, de Poulenc; El amor de las tres naranjas, de Prokófiev, y obras sinfónicas de Ravel, Debussy y Stravinski.-
