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Entrevista:

ELENA IRURETA ACTRIZ "Cada vez me gusta más el cine que hace la gente joven de aquí"

Elena Irureta (Zumaia, 1955) ha cultivado su faceta de actriz desde muy joven cuando se pateaba todas las poblaciones de Euskadi para representar en cualquier rincón, daba igual que fuera un garaje o un frontón, aquellas obras que todavía hoy muchos recordarán, como Ama, begira ezazu. Después de trabajar en películas como La Ardilla Roja, La madre muerta, Hola ¿estás sola?, A ciegas o Pecata Minuta, e intervenir en series de reconocido éxito en ETB como Bi eta Bat o Jaun ta Jabe, interviene en la última película de Iciar Bollain, Flores de otro mundo, que acude al Festival de Cannes. Ahora está metida de lleno en el rodaje de la nueva apuesta de Tele 5, El comisario. Elena es Laura y trabaja en el mostrador de información de la comisaría. Pregunta. ¿Qué se siente interpretando a un policía nacional siendo de Zumaia? Respuesta. Nada, porque nunca me he identificado con los personajes que interpreto. Es más, acabo de interpretar a una monja de clausura en Pecata Minuta y eso sí que es lo más lejano a mi forma de pensar. P. El Comisario en Tele 5 y, a punto de estrenarse, Ertzainak en ETB. ¿Es una nueva moda? R. Ha sido una casualidad. Los dos proyectos se presentaron a la vez, aunque el estreno de Ertzainak se haya retrasado. Cuando me llamaron para ir a Madrid a hacer la prueba y me dijeron que era sobre un comisario de policía, dije: "qué casualidad, esto mismo están haciendo en el País Vasco". Ha surgido así, por lo visto ahora salen comisarías por todos lados. P. ¿Qué opinión le merecen este tipo de productos? R. Queda fatal decirlo, pero casi no veo televisión. De todas mis intervenciones en series como Jaun ta Jabe o Bi eta Bat sólo tengo grabadas cinco cintas de vídeo. De hecho, en Madrid no tengo televisión. P. ¿Tene un actor de estar en el candelero para promocionarse? R. No sé. Desde luego, aquí, en el País Vasco, nunca hemos funcionado así, saliendo en revistas o en los medios en general. No entiendo cómo alguien te puede dar trabajo por salir en una revista. Yo no lo haría nunca. Un trabajo bien hecho te puede llevar a otro. El resto no sirve. Ninguno de mis compañeros se mueve así. P. ¿Le molesta el intrusismo en la profesión? R. No. Es más, creo que en la calle hay mucho mejores actores que los que habitualmente trabajamos en el escenario. Todo el mundo tiene derecho a demostrar su habilidad. P. ¿Cuál es la última película que ha visto en el cine? R. Solas, de Benito Zambrano. Me ha encantado. Cada vez me gusta más el cine que se hace aquí, porque hay gente nueva que hace películas muy interesantes. Me tocó mucho la historia, es muy creíble. Además es el tipo de cine en el que no hace falta que haya ni sexo ni violencia para que funcione. Me está sorprendiendo muy gratamente la gente joven que despunta, porque los directores más renombrados no son los mejores. P. El Comisario trata de mantener los de cinco millones de audiencia de Periodistas. ¿Le produce cierto pavor? R. No. Cuando me llamaron para rodar la serie no sabía a qué espacio iba a sustituir, ni siquiera de qué me estaban hablando. Me llamaron para hacer una prueba y me pareció que el nivel de actores era muy bueno y los guiones me gustaron. Simplemente por eso me decidí. Me apetecía sobre todo por la gente que estaba, y también por salir fuera. Aquí estoy acostumbrada a trabajar entre amigos, y es muy agradable, pero también hace falta conocer más gente y que te den la oportunidad de trabajar fuera. Aunque no es mi meta; no descarto volver. P. De todos sus trabajos, ¿de cuál se siente más orgullosa? R. Siempre digo que del próximo que haré. Lo hecho, hecho está. Cada trabajo tiene sus pegas y su ilusión. Recuerdo con gran satisfacción Ama begira ezazu, con la que estuvimos dos años de pueblo en pueblo y que a la gente le gustaba tanto. Ahora bien, también fue matador. Yo no creo que ahora tuviera fuerzas para volver a empezar con estas historias. Todo lo hacíamos nosotros. P. Aunque suene a tópico, ¿cree que las instituciones deberían apoyar más al teatro? R. Sí, haría falta. Nosotros el teatro lo hacemos en frontones. Siempre lo digo. Sólo hay diez teatros en este país. El que va a ver una obra de teatro no puede estar sentado en una grada de piedra viendo una obra de dos horas, porque te mueres. Es como decía un amigo mío: "Yo haré teatro en un frontón cuando puedan jugar un partido de pelota en un teatro".

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