Borrell critica la ausencia de Aznar en el debate parlamentario sobre el conflicto

Lo habitual es que el jefe de la oposición se reserve para los debates en los que interviene el presidente del Gobierno. El candidato socialista, José Borrell, hizo ayer en el Congreso justo lo contrario: asumir la portavocía de su grupo en el debate sobre el conflicto de Kosovo para hacer más patente la ausencia de José María Aznar.

Borrell comenzó su intervención preguntándose dónde estaba el presidente. Pero Aznar se encontraba mucho más cerca: aguardaba en un despacho del Congreso y, cuando concluyó el debate, entró en el hemiciclo en medio de los pateos procedentes de los escaños socialistas.

A falta de Aznar, Borrell tuvo que contentarse con dos ministros: los de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, y Defensa, Eduardo Serra. El candidato del PSOE no tuvo piedad de ellos y calificó de "pastosas" y "soporíferas" las explicaciones ofrecidas por ambos. Aprovechando el marco del pleno, y volviendo sobre la ausencia de Aznar como crítica recurrente, cuestionó: "¿Qué hace el Gobierno, aparte de intentar echarle la culpa al señor Solana de forma despreciable?". Después le acusó de desmovilizar con su pasividad a la sociedad frente a la "gravísima tragedia humana de los refugiados".

El blanco central de sus reproches fue la prometida ayuda humanitaria. "De los 8.000 millones anunciados, las organizaciones no gubernamentales no han visto ni una peseta. De los 7.000 refugiados que iban a traer a España, sólo han llegado dos hasta ahora".

Matutes y Serra utilizaron el turno de réplica, del que carecía el portavoz socialista, para devolverle con largueza sus descalificaciones. El ministro de Exteriores le acusó de emplear una "oratoria hueca", y el de Defensa, cuyo tono Borrell había comparado con el de un opositor, le dijo que el suyo no era "ni el de un opositor, ni el de un jefe de la oposición, sino el de un inquisidor, que aprovecha una cuestión de Estado para hacer demagogia".