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Un gobierno salpicado de escándalos

El alcalde de Brunete, el independiente Julio Fernández, ha gestionado el municipio rodeado de escándalos. Tomó posesión del cargo en 1995, gracias a una coalición con el PSOE, IU y otro partido independiente. Sumaban seis ediles frente a los cinco del PP.Pero en 1997, a mitad de legislatura, el alcalde tomó una decisión que le dejó en fuera de juego: se negó a convocar un pleno para votar la moción de censura que le presentó el PP para desbancarle del puesto.

Ante esta negativa, los ediles de la coalición de gobierno dimitieron y Fernández forma, desde entonces, el gobierno más minoritario de toda la región, con un solo concejal contra una oposición de 10 ediles.

Desde entonces, a Fernández le acompañan las polémicas. "Se gastó unas 97.000 pesetas del presupuesto en comprar nueve neumáticos que se montaron en los coches de sus compañeros de partido", denunció el edil socialista, Juan Antonio Turrero. Fernández asegura que devolvió el dinero de "inmediato".

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El alcalde ocasionó otro gran revuelo al gastarse 340.000 pesetas de las arcas municipales en la compra de un circuito cerrado de televisión, con varias cámaras, que instaló en su casa. Lo hizo porque recibió amenazas de muerte, asegura.

La última decisión conflictiva del edil fue la de emplear 400.000 pesetas del Ayuntamiento en la adquisición de 2.000 regalos de cumpleaños para los vecinos. Los compró en un almacen de todo a cien de Fuenlabrada y regaló desde zapatillas de andar por casa hasta imitaciones de jarrones chinos.

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