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EL FUTURO DEL EX DICTADOR

Frei convoca a los mandos militares para decidir la estrategia de Chile tras el fallo de los lores

Los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores de Chile, José Florencio Guzmán y José Miguel Insulza, respectivamente, mantuvieron ayer una inesperada reunión con los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas para informarles de la nueva estrategia del Gobierno tras el fallo del comité de apelaciones de la Cámara de los Lores sobre el futuro de Augusto Pinochet. La reunión fue la antesala de la que celebrará hoy el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), donde la más alta jerarquía militar se sienta en condiciones de igualdad con las máximas autoridades civiles.

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Se trata de la cuarta reunión de dicho organismo, heredado de la dictadura, que convoca el presidente Eduardo Frei desde la detención del general Pinochet en Londres, el pasado 16 de octubre. Al término de la reunión, Insulza aludió al veredicto de los lores y recordó que la Convención Internacional contra la Tortura se refiere a planes sistemáticos en la comisión de dicho delito, y no "a casos aislados" cometidos en Chile después de 1988, año a partir del cual Pinochet no goza de inmunidad, según el fallo judicial.El ministro sostuvo que el juez español Baltasar Garzón no puede añadir nuevos casos de tortura en su solicitud de extradición del exdictador. "En todo caso tendría que presentar una nueva petición de extradición", añadió.

A la espera de la decisión del ministro británico del Interior, Insulza dijo que, personalmente, él no es partidario de ninguna medida de presión política, ya que los lores trasladaron a Jack Straw la responsabilidad de decidir sobre el futuro del detenido. Insulza no ha descartado enviar a Londres a una delegación o una carta, y ha reconocido errores pasados cometidos en el caso Pinochet. En concreto, ha admitido que el Gobierno nunca debió otorgar al general un pasaporte diplomático y que tenía que haber impedido que viajara a Londres. "Mirando las cosas hacia atrás, no me cabe duda de que fue una decisión equivocada, pero no teníamos los antecedentes suficientes para poder saber lo que pasó", dijo el jefe de la diplomacia chilena.

El ministro mantuvo otra reunión con los jefes de los partidos de la derecha pinochetista, a quienes informó sobre lo tratado en el encuentro con los generales. Más allá de las interpretaciones del veredicto que los distintos sectores políticos hacen a su conveniencia para cantar victoria, el que ha salido peor parado es el Gobierno. Después de la esperada decisión de los jueces lores, el margen de actuación que le queda al Ejecutivo chileno para defender el regreso de Pinochet a su país pasa exclusivamente por el terreno político, o, dicho de otro modo, por la presión política a las autoridades británicas.

El fallo ha cerrado prácticamente la acción judicial en la que el equipo jurídico del Gobierno chileno basó su estrategia. Los lores no reconocieron la inmunidad de Estado del exdictador y admitieron que es perfectamente extraditable a España, aunque sólo sea por delitos cometidos después de 1988.

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Fuentes próximas a los círculos castrenses dan cuenta del malestar reinante en la cúpula militar por el hecho de que el futuro de su excomandante en jefe esté nuevamente en manos de un ministro laborista como Straw. La recurrente tesis de la confabulación de Garzón con el socialismo internacional para procesar al exdictador ha estado nuevamente en boca de destacados dirigentes de la derecha pinochetista. Los militares chilenos son muy proclives a esta posición.

La prensa chilena publicó en los días previos al fallo de los lores la supuesta noticia, nunca confirmada, de que, durante su estancia en Chile a comienzos de los años setenta, Straw mantuvo reuniones con el entonces presidente, Salvador Allende. En su afán por descalificar al ministro británico para emitir un veredicto imparcial y sujeto a derecho, uno de los líderes de la derecha más recalcitrante, el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Pablo Longueira, llegó a comparar a Straw con lord Hoffman, cuya vinculación con la organización Amnistía Internacional provocó la revocación del primer fallo de los lores adverso a Pinochet.

El equipo político del Gobierno había previsto que fuera el ministro del Interior, Raúl Troncoso, quien iba a hablar el miércoles, en nombre del Ejecutivo, para evaluar la decisión de Londres. Pero fuentes de La Moneda (sede de la presidencia) indicaron que las Fuerzas Armadas recomendaron que fuera el presidente Frei quien debía dirigirse al país. Los mandos castrenses argumentaron que el nuevo escenario es más político y exige un compromiso directo del Gobierno al más alto nivel.

"Aunque sea un solo caso"

Por su parte, los familiares de las víctimas de la represión durante la dictadura rindieron homenaje en el memorial a los detenidos-desaparecidos situado en el cementerio general de Santiago. "La justicia se ejerce aunque sea un solo caso", manifestó la diputada socialista Isabel Allende, hija del derrocado presidente. La líder comunista Gladys Marín preguntaba a aquellos que reclaman clemencia para Pinochet: "¿Cómo se pueden esgrimir razones humanitarias para alguien a quien toda la humanidad ha condenado?".Los seguidores del general, con el director de la Fundación Pinochet, Luis Cortés Villa, a la cabeza, mostraban un cierto pesimismo: "Esto es una farsa. Con la presión que he visto en Londres, la posibilidad de que el ministro Straw resuelva en favor del regreso de mi general Pinochet la veo nula".

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