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El último detenido por el "caso Olot" planificó el secuestro con Ullastre y construyó el 'zulo'

Juan Manuel Pérez Funes, el sexto detenido por la Guardia Civil, la noche del lunes, por su implicación en el secuestro de la farmacéutica de Olot Maria Àngels Feliu, planificó la acción con Ramón Ullastre y participó en la construcción del zulo en la vivienda que éste tenía en la población de Sant Pere de Torelló, en el norte de la provincia de Barcelona. Los investigadores consideran que ambos forman la bicefalia que diseñó el secuestro en todos sus aspectos y que posteriormente reclutaron a los ejecutores de la acción entre sus círculos de conocidos. El secuestro tuvo dos intentos fallidos.

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Ramon Ullastre relató en sus declaraciones ante la juez de Olot Pilar Castillo que la idea de realizar un secuestro fue acordada entre él y Juan Manuel Pérez Funes, de 38 años y vecino de la localidad de Torelló, muy próxima a Sant Pere de Torelló. Los investigadores consideran que la amistad entre ambos surgió hace años por su relación con delitos menores, como el cobro de morosos por métodos expeditivos o extorsiones por pequeñas cantidades de dinero.Acordado el crimen entre ambos, reclutaron a las personas que debían llevar a cabo la acción, todavía sin concretar su objetivo. Así estuvieron unos seis meses, estudiando como posibles víctimas a personas adineradas de la zona, como otros familiares de la farmacéutica, hasta que se decidieron por Maria Àngels Feliu.

En la larga declaración de Ullastre ante la juez, que finalizó con su ingreso en la prisión barcelonesa de Brians en la madrugada de ayer, el detenido corroboró la tesis de los investigadores, según la cual, una vez elegido el objetivo de la farmacéutica transcurrieron otros seis meses en su preparación.

En ese tiempo se celebraron encuentros bilaterales entre Ullastre y el entonces jefe de la policía municipal de Torelló, Antonio Guirado, en lugares alejados y adoptando ciertas medidas de seguridad. En otros casos fue Pérez Funes quien se entrevistó con el resto de lo que empezaba a ser ya una banda.

Al mismo tiempo, Ullastre contrató a dos magrebíes para excavar a pico y pala bajo el garaje de su casa de Sant Pere de Torelló el zulo en el que se retendría a la secuestrada (véase EL PAIS del 13 de marzo) y, una vez cavado el socavón, Pérez Funes lo acabó de habilitar y colocó la puerta de entrada.

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Dos intentos fallidos

Ullastre explicó también que intentaron sin éxito secuestrar a la farmacéutica en dos ocasiones. En una ocasión fracasaron porque Maria Àngels Feliu estaba de guardia y no acudió a relevarla su hermana, tal y como era costumbre. Los delincuentes estuvieron horas y horas esperando y al no llegar el relevo desistieron. En otra ocasión, no pudieron cometer el crimen porque la farmacéutica cerró el local acompañada de otras personas. Hasta que la noche del 20 de noviembre de 1992 se materializó la acción. Sobre los autores materiales del secuestro existen dudas. Ullastre aseguró que fueron Antonio Guirado, el vecino de Camprodón José Luis Paz García y el también policía de Olot Josep Zambrano, ya fallecido. Sin embargo, Guirado negó su participación directa, aunque admitió que realizó tareas de información previas, mientras que Paz negó todas las imputaciones. Ullastre explicó también en su declaración judicial que, una vez secuestrada la farmacéutica, Juan Manuel Pérez se retiró de la acción, no asumió el papel de carcelero que inicialmente se le había asignado y le exigió a aquél 30 millones de pesetas a cambio de no denunciarlo. Los investigadores dudan de la veracidad de este dato, visto el respeto e incluso temor que infundía Ullastre al resto de la banda.

Una llamada de Guirado a Ramón Ullastre efectuada el 1 de marzo en la que le advertía de que se reactivaban las investigaciones del secuestro sirvió a la Guardia Civil para desenredar la trama, según informa Efe. Pese a que el policía municipal de Olot tomó la precaución de llamar desde un teléfono público, Ullastre tenía ya el suyo intervenido.

La juez empezó a tomar declaración en la tarde de ayer a Sebastián Comas Baroy, Iñaki, y a la una de la madrugada de hoy decretó la prisión incondicional para él.

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