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El presidente turco critica los ataques de EEUU al oleoducto iraquí

Ankara lanzó ayer una velada advertencia a Washington, su principal aliado internacional, al criticar su política de tierra quemada en Irak. El presidente Suleimán Demirel no dudo en calificar de "inaceptables" los recientes bombardeos norteamericanos en el norte de Irak, que han obligado a cerrar el oleoducto que transporta el crudo de los yacimientos de ese país hasta las refinerías turcas. El viceportavoz del Departamento de Estado de EEUU, James Foley, volvió a reiterar ayer que los aviones norteamericanos "no atacaron intencionadamente las infraestructuras petroleras de Irak".En sus críticas a EEUU, Demirel se cuidó sin embargo de aludir al uso de la base de Incirlik, en el centro de Anatolia, por los aviones estadounidenses que vigilan la zona de exclusión aérea del norte de Irak desde el final de la Guerra del Golfo. Turquía asegura que ha perdido más de 30.000 millones de dólares (4,5 billones de pesetas) a raíz del embargo internacional impuesto por la ONU a Bagdad.

El pasado lunes, las patrullas aéreas de EEUU despegaron desde Incirlik para lanzar al menos 30 bombas guiadas por láser contra centros de comunicaciones y baterías antiaéreas iraquíes. El Gobierno de Bagdad informó de que el centro de control del oleoducto quedó seriamente dañado en el ataque y que sus técnicos trabajan a marchas forzadas para repararlo.

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