_
_
_
_
_

El obispo Iniesta recuerda su persecución por condenar los últimos fusilamientos de Franco

Cuando el franquismo daba sus últimas boqueadas, el dictador condenó a muerte a cinco personas. El general Franco llegó al poder a sangre y fuego y se despidió de él -40 años más tarde- con cinco fusilamientos en septiembre de 1975. Franco murió en noviembre de ese mismo año. Estas cinco condenas a muerte provocaron un escándalo internacional. Incluso, el papa Pablo VI pidió clemencia para los detenidos. Franco no le escuchó. Alberto Iniesta, obispo auxiliar emérito de Madrid, leyó ayer en Sevilla la homilía que escribió a raíz de estos cinco asesinatos legales. Iniesta abrió ayer un congreso dedicado a Los cristianos en la lucha por la democracia en la Sala San Hermenegildo de Sevilla. El obispo pidió en la homilía que se suprimiera la pena de muerte de la legislación española. La homilía, que se leyó en la misa dominical, levantó las iras de muchos simpatizantes de la dictadura. "Por la noche me llamaban por teléfono con insultos y amenazas de muerte. Se trataba seguramente de un grupo parapolicial", relató Iniesta, que es conocido por su valiente militancia en defensa de la democracia y los derechos humanos durante el franquismo. Al final, Iniesta tuvo que marcharse de España. En Roma le esperaban los cardenales Benelli y Casaroli. La muerte del dictador "La muerte de Franco desvió mi caso de la atención de la opinión pública. La homilía pasó a un segundo plano", relató Iniesta, que era en 1975 obispo de Vallecas y otros barrios obreros de Madrid. Iniesta regresó a España en tren para pasar lo más desapercibido posible. "La homilía tuvo mucho eco en España y en el extranjero. Ahora la veo bastante rollo. La encuentro recargada de concesiones, matices y vaselina, con el intento de hacer digerible un alimento que resultaba indigesto para la sociedad", relató el obispo con ironía. Iniesta señaló que las cosas que decía en su homilía y que levantaron las iras de los franquistas son asumidas con normalidad hoy en día. "El Concilio Vaticano II iluminó, orientó y animó en el cumplimiento de unos deberes. El Concilio ayudó mucho a la transición porque ayudó a que los cristianos ayudáramos a la transición", manifestó Iniesta. El congreso concluirá el próximo viernes. Los historiadores Fernando García de Cortázar, Javier Tusell y Santos Juliá son tres de los participantes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_