Metallgesellschaft entró en Isolux para vender, según un ex ejecutivo del Bank of America
Kevin Woods, ex ejecutivo del Bank of America España, declaró ayer que la compra de un 30% de Isolux por parte de Metallgesellschaft se realizó en enero de 1993 con vistas a su reventa, en pocos meses, a la Corporación Banesto. Bank of America avaló un crédito solicitado por dos filiales de la empresa alemana para realizar la citada compra. Woods dijo con total naturalidad que toda la negociación fue realizada con Mariano Gómez de Liaño, cuyo bufete actuó como asesor de la Corporación. Ayer, las defensas sometieron a un fuerte interrogatorio a José Ramón Rigal.
José Ramón Rigal tomó asiento a la derecha del tribunal, frente a la sala, para evitar incidentes verbales no identificados, como el que tuvo lugar el pasado martes, en el que alguien le gritó "mentiroso".El letrado de Banesto, José Antonio Jiménez, le preguntó por el pago de diferentes facturas realizado por Valyser a sociedades relacionadas con algunos acusados en el caso Banesto. Se refirió a una factura abonada por Valyser a Inversiones Rondonópolis, 43,7 millones, en 1989 -una sociedad administrada en el despacho particular de Arturo Romaní, de la que él y Mario Conde figuraban como socios- por un "estudio de explotaciones porcinas", un "estudio sobre la legislación veterinaria para animales y productos porcinos en la CEE". Otras dos facturas mencionadas son, una de 1993 de 15 millones y otra de tres millones, pagadas a Rafael Pérez Escolar, por asesoramiento sobre diversos actos y acuerdos sociales y adaptación de las sociedades del grupo Euman a la ley de Sociedades Anónimas. También mencionó una factura pagada por Euman a otra sociedad de Romaní, Servicios y Promociones Siracusa, de 198, por valor de 21,2 millones. Se trata de un "estudio sobre el sistema de multipropiedad y su posible extensión en Centro Europa y Norte de Africa" y otros conceptos.
Rigal dijo que no conocía la actividad de Euman y que, por tanto, no había tenido conocimiento de esas facturas. Señaló en relación a la presentada por Pérez Escolar sobre la adaptación a la ley de Sociedades Anónimas, que le extrañaba porque "fuí yo quien hizo la adaptación de las sociedades de Euman a la ley de anónimas".
Las defensas buscaron confundir a Rigal con la fecha de las presuntas fiducias realizadas a finales de 1990 o primeros de 1991 a favor de Mario Conde y Arturo Romaní en Valyser. Rigal se mantuvo básicamente en su versión y negó, como sugirió José Lozano, abogado de Mariano Gómez de Liaño, que se hubiese inventado la historia de las fiducias por "animadversión" contra su ex patrón en el bufete Asesores en Derecho. El testigo fue sometido a un duro interrogatorio en medio de una actitud de rechazo y descreímiento por parte de los acusados Conde, Romaní, Liaño y Martínez Jiménez.
