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Un presunto gal se niega a denunciar a sus antiguos jefes mientras siga en prisión

El presunto miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) y ex confidente de la policía Ismael Miquel Gutiérrez, se negó ayer a denunciar a sus jefes y a aclarar el asesinato del francés Robert Caplanne, ocurrido en Biarritz (Francia) el 24 de diciembre de 1985, mientras continúe en prisión. Miquel está acusado de haber organizado el atentado del supuesto etarra Enrique Errasti Villar,para lo que facilitó fotos, datos, armas y dinero al comando que reclutó. Sin embargo, el autor material, ya condenado, mató por error al electricista francés Robert Caplanne, completamente ajeno a ETA.Miquel, para el que el fiscal pide 46 años de cárcel por asesinato, depósito de armas y falsificación de documentos, mantuvo ayer dos líneas de defensa contradictorias entre sí. Por un lado, sostuvo que podría aclarar muchas cosas en relación con los GAL y con el asesinato, pero que ni el fiscal ni el juez han tenido nunca interés en investigar el caso. Agregó que no pensaba implicar a otras personas mientras no sea excarcelado.

Miquel, de 49 años, sostuvo este diálogo con el abogado de la acción popular, Adolfo Barreda, acerca de la implicación de otros:

Barreda. ¿Quiénes son esas terceras personas?

Miquel. No lo voy a decir, porque va a dilatar el procedimiento y llevo 13 años en la cárcel.

B. Usted decía que les tiene miedo.

M. Sí. Ahora han perdido algo de poder, pero el único que sigue preso soy yo.

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B. ¿Pidió usted un careo con José Barrionuevo? (ex ministro del Interior condenado por el secuestro de Segundo Marey)

M. Sí, cuando tenía al otro abogado, pero no había interés en aclarar el asunto.

La otra línea de defensa, contradictoria con la anterior, llevó a Miquel a decir que no tuvo relación alguna con los GAL ni con el atentado. Sólo fue confidente de la policía en asuntos de droga. Miquel afirmó que estuvo preso 11 años en Tailandia, condenado a cadena perpetua por tráfico de drogas (acusación que también reputó como falsa). Como quería volver a España, trató de llamar la atención sobre sí mismo autoinculpándose del asesinato de Caplanne y diciendo que sabía mucho más y que lo contaría si le traían a España. "Me sumé a esa verbena o circo de tres pistas, porque en aquel momento José Amedo (ex subcomisario condenado también por el secuestro de Marey) estaba metiendo bastante ruido".

Miquel aseguró que era amigo de los agentes de la brigada antiatracos de Barcelona, especialmente de Jorge de Haro, Francisco Álvarez (que fue jefe de la lucha antiterrorista y también participó en el secuestro de Marey) y Jesús Alfredo Gutiérrez Argüelles (detenido por el intento de secuestro de José María Larretxea en 1983), y precisó que colaboraba con ellos en asuntos de droga, no en la lucha contra ETA.

Miquel huyó a Tailandia cuando un policía le avisó de que le iban a ir a detener. Ayer admitió que escapó de España con un pasaporte robado a un amigo.

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