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Dos equipos españoles han corrido en Francia sin médicos ni botiquín

Carlos Arribas

Después de los sucesos del último Tour, es tal la catarata de papeleo y el cúmulo de responsabilidades que tienen que asumir los médicos de equipos ciclistas simplemente para que tras un registro rutinario la policía no les detenga, que dos equipos españoles, el Kelme y el Vitalicio, han acudido a las primeras carreras de la temporada francesa (la Etoile de Besseges, que terminó ayer) sin médicos ni medicamentos.

Mientras, el Banesto y el ONCE, los otros dos equipos españoles de primera división, aún no han cruzado la frontera pirenaica y dudan que lo vayan a hacer mientras las autoridades francesas no les garanticen una mínima tranquilidad en el ejercicio de su trabajo. Como fondo del decorado, los organizadores de pequeñas pruebas francesas muestran su preocupación por la posible no participación de equipos extranjeros y el Tour, que ayer hizo público que el Vitalicio es el cuarto equipo español invitado a la carrera, recordó que aparte de los méritos deportivos, los equipos que quieran correr la carrera deben firmar un compromiso ético contra el dopaje y no incurrir en ninguna contravención de la normativa antidopaje de aquí a julio. "No se trata de no ir a Francia por miedo a que nos pase algo, no. Lo que tenemos derecho a reclamar es garantías de que nos van a dejar estar tranquilos. Tenemos derecho a ejercer nuestro oficio con tranquilidad", reflexiona José Miguel Echávarri, director del Banesto. "También se trata de demostrarles a Leblanc y compañía que el Tour no lo es todo, que hasta el Banesto puede pasar del Tour. Que podemos hacer el Giro y la Vuelta y nuestro patrón se va a quedar satisfecho. En este sentido, el Giro va a ser importante. La afición puede volcarse allí. Yo respeto al Tour, pero no creo que se vaya a morir porque pase una gripe. Otros grandes torneos y competiciones de otros deportes han pasado también momentos malos y se han rehecho".

Todo ello no obsta para que el médico del equipo tenga que ser tan responsable de los medicamentos que necesita para recuperar a los corredores tras las etapas que tenga que viajar personalmente con el cajón que contenga el botiquín. "Si el botiquín va en el camión del equipo, el médico debe viajar en el camión y no en avión con los corredores", recuerda la Unión Ciclista Internacional (UCI) a los equipos después de haber consultado a las autoridades francesas. Un botiquín que, por otra parte, sólo podrá contener productos con "autorización de puesta en mercado" francés (es decir, que aparezcan en el vademécum Vidal, repertorio francés de medicamentos) a menos que se cuente con licencia de importación de medicamentos extranjeros. Esta licencia, que los equipos necesitarán para justificar ante la policía la posesión de hierro inyectable, ácido fólico, vitamina B12 intravenosa, aspirina intravenosa, protectores hepáticos y otros productos "recuperantes" (no dopantes) que no se encuentran en el mercado francés, debe solicitarla personalmente el médico ante la Agencia francesa del medicamento.

Y por si eso no fuera poco, el médico extranjero tendrá la obligación de colegiarse en Francia para poder ejercer su oficio durante las carreras. Y aun así, el cumplir con todas las normas y reglamentos no les eximirá del susto, mal trago e intromisión en su trabajo que pueden suponer los registros policiales encargados por los jueces que investigan los casos de dopaje en el Tour 98.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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