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Economía abre expediente sancionador a la suministradora de la clínica Ruber

F. Javier Barroso

La Consejería de Industria y Economía de la Comunidad abrió ayer expediente sancionador a Praxair, la empresa suministradora del oxígeno de la clínica Ruber. La bombona que causó el accidente del pasado martes 12 (dos mujeres inhalaron nitrógeno en lugar de oxígeno) era de oxígeno y estaba cargada, supuestamente, con nitrógeno, según reveló ayer la Comunidad de Madrid tras la inspección realizada por los técnicos de Industria. La empresa reitera que la botella se manipuló en la clínica.

Los inspectores de Industria, que dependen del consejero Luis Blázquez, visitaron ayer la fábrica de Praxair y comprobaron sus sistemas de producción. Después examinaron la bombona causante del accidente (marcada con el número 6.035, precintada y guardada en un laboratorio independiente) y descubrieron que la botella era de oxígeno, al igual que la válvula de conexión al aparato de anestesia, pero lo que había dentro era nitrógeno puro.La inhalación de este gas ocasionó problemas respiratorios a dos pacientes que iban a ser operadas. Una de ellas, de 78 años, permanece en coma y sus constantes vitales son estables, según la clínica Ruber.

Praxair niega que suministrase una bombona de oxígeno cargada de nitrógeno. La empresa ofrece la siguiente versión: el pasado 11 de enero, por un error administrativo, entregó en la clínica Ruber una bombona de nitrógeno. Pero esta botella tenía las válvulas y la identificación correspondientes a nitrógeno puro y en ningún caso a oxígeno, como aseguró ayer la Comunidad. Esa bombona cargada de nitrógeno e identificada como tal fue manipulada en el centro para cambiarle los acoplamientos y poder conectarla a los suministros de oxígeno, según Praxair.

Válvulas diferentes

La normativa exige que cada gas lleve una válvula diferentes. Las botellas de oxígeno tienen un acoplamiento convexo (hembra), y las de nitrógeno, cóncavo (macho).Ruber replica que Praxair es la encargada de conectar las bombonas a los aparatos de anestesia. Si hubo manipulación, según el centro sanitario, la culpa es de Praxair.

Pero esta empresa niega que la colocación de las bombonas sea competencia suya y afirma que se cumple la normativa de distribución de gases, que sólo exige que se descargue en las instalaciones del cliente.

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Praxair recordó ayer que el nitrógeno puro es utilizado en diversos servicios hospitalarios. La clínica Ruber lo negó.

La Comunidad de Madrid no descarta que en los próximos días puedan aparecer responsables "adicionales" por parte de transportistas o distribuidores, "si bien su función es incompatible con la manipulación de los elementos técnicos y de seguridad de las bombonas". "Vamos a estar vigilantes y atentos para que no se vuelva a repetir un hecho similar. De hecho, no se ha detectado ninguna otra irregularidad durante la fabricación y el llenado de las bombonas", señalaron fuentes de Sanidad.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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