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El pase a la reserva de los militares se retrasará de los 58 a los 61 años

Miguel González

La vida profesional de los militares se prolongará tres años más al retrasarse desde los 58 a los 61 años la edad genérica de pase a la reserva. Así lo dispone una enmienda introducida por la ponencia del Congreso que durante este mes ha estudiado el proyecto de ley del Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas. Por el contrario, se ha acortado de 34 a 33 años el tiempo máximo de servicio activo de los oficiales que no lleguen a general.

El proyecto aprobado por el Gobierno mantenía en 58 años la edad genérica de pase a la reserva, pero alargaba hasta 34 los 32 años que como máximo pueden permanecer en activo los militares que no accedan al máximo escalafón. El dictamen aprobado por la ponencia parlamentaria modifica sustancialmente esta situación: la edad de pase a la reserva se sitúa en los 61 años, que serán 65 para los generales de Ejército, tenientes generales y generales de división y 63 para los generales de brigada. Sólo se mantiene el límite de 58 años para los soldados y marineros profesionales permanentes.Sin embargo, la prolongación de la vida profesional de los militares, que se justifica por la necesidad de limitar su discriminación con respecto a los funcionarios civiles, que pueden seguir en activo hasta los 70 años, tiene varios inconvenientes: el envejecimiento de los mandos, la formación de tapones que dificultarán el ascenso de nuevas promociones y su coste económico, superior a los 1.500 millones anuales.

Para compensar en parte estos efectos, se ha recortado a 33 años el tiempo máximo de servicio de los militares que no lleguen a la cúspide de la carrera. En todo caso, los menores de 56 años con 33 de servicio seguirán en activo hasta esa edad.

Entre las modificaciones introducidas por la ponencia, destaca la que cifra los efectivos de las futuras Fuerzas Armadas profesionales entre 102.000 y 120.000, omitiendo la necesidad de llegar al tope máximo, lo que abre la puerta a la posibilidad de que la supresión de la mili, se adelante un año sobre la fecha prevista del 31 de diciembre del 2002.

El número de generales se mantiene en 265, como establecía el proyecto del Gobierno, pero variando su distribución: 201 estarán destinados en los ejércitos y 64 en el órgano central y organizaciones internacionales.

Se creará un puesto de teniente general en la Infantería de Marina (ahora su máximo jefe es un general de división), pero no en el Cuerpo de Sanidad y Psicología, como planteaba el PP en una enmienda. La fórmula de integración de los psicólogos militares en este último cuerpo, que también se ha modificado, beneficia a los oficiales de la Escala Superior, al reconocerles la antigüedad, al contrario que a sus compañeros de la Escala Media, y eliminar sin que se explique el motivo el requisito de tener experiencia en destinos de psicología.

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Los planes de estudio de la enseñanza militar deberán contemplar, según una enmienda de CiU que ha sido aceptada, "la pluralidad cultural de España".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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