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TURBULENCIAS EN LOS MERCADOS

El Gobierno de Cardoso anuncia una devaluación del real superior al 12% para salir del bache

Juan Arias

La crisis económica de Brasil se agudizó ayer con la dimisión del responsable de su banco central, Gustavo Franco, ideólogo de la política económica con la que el Gobierno de Henrique Cardoso se disponía a salir de la crisis. La dimisión de Franco es el resultado de una situación desastrosa que se ocultó tras las esperanzas de un plan de ajuste, exigido por el Fondo Monetario Internacional a cambio de ayudas, que aún no está en marcha. El sucesor de Franco, Francisco Lópes, anunció que habrá una devaluación de la divisa brasileña, el real, de entre un 12% y un 15% anual para frenar la crisis.

La agudización de la crisis económica provocada por la dimisión del gobernador del banco central, Gustavo Franco, ha dejado sin vacaciones al presidente Fernando Henrique Cardoso. El sucesor de Franco es Francisco Lópes, hasta el momento director de Política Monetaria del banco central, un economista con ideas bastante enfrentadas a las de su predecesor. En sus primeras declaraciones, Lópes anunció una inmediata devaluación del real que puede alcanzar entre el 12% y el 15% anual. El anuncio, supone que el real, que se movía en una banda entre los 1,12 y 1,22 reales por dólar, oscilará ahora entre los 1,20 y 1,32 reales por dólar estadounidense. De hecho, en el mercado de Nueva York, la divisa brasileña, que el pasado martes se cotizaba en 1,21 reales por dólar, se cambiaba ayer a 1,2978 reales.El presidente de Brasil volvió precipitadamente para dirigirse al país pidiendo serenidad ante la crisis. Cardoso afirmó que no va a cambiar la política económica de su Gobierno, pero añadió que la tan deseada bajada de los tipos de interés se va a llevar a cabo sólo si el Parlamento aprueba lo que queda del ajuste fiscal que va a reportar a las arcas del Estado 400.000 millones de reales (3,3 billones de pesetas, unos 19.800 millones de euros).

El presidente solicitó a la comunidad internacional, que hasta ahora ha apoyado a Brasil, que continúe haciéndolo y aseguró que su país va a cumplir con lo prometido.

Reacción de Washington

Desde Washington, el presidente de EEUU, Bill Clinton, respondió de inmediato a la solicitud de Cardoso y declaró que, a pesar de estar preocupado por la situación, "confía plenamente en el éxito del plan de ajuste que sacará a Brasil de la crisis". Algo más tarde, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, afirmó que Brasil había "reafirmado su compromiso de aplicar el programa de ajuste monetario propuesto por el FMI, así como las reformas" asociadas al mismo. "Brasil ha actuado esta mañana [por ayer] para reforzar la flexibilidad de su sistema de tipos de cambio y reafirma su compromiso en la aplicación del ajuste presupuestario y las reformas preconizadas por el FMI", declaró Rubin.Cardoso había aprovechado su discurso para pedir a los parlamentarios que aprobaran sin más dilación todas las reformas necesarias.

La dimisión de Franco venía rumoreándose desde hacía un mes, pero el hecho cierto cogió de sorpresa incluso a los más importantes analistas brasileños. Oficialmente Franco dimitió por voluntad propia, pero lo cierto es que ante el agravamiento de la crisis era el blanco de las iras del mundo empresarial, que veía en su decisión de mantener altos los tipos de interés un freno al desarrollo económico y al empleo.

Al mismo tiempo, el gobernador del banco central, hizo públicos los puntos principales de su nueva política monetaria, que se basa en un menor movimiento de bandas de fluctuación cambiaria entre el real y el dólar para facilitar que bajen los tipos de interés. Los límites de fluctuación de las bandas serán fijados cada dos o tres días. Lópes dijo que éste es un objetivo con el que está firmemente comprometido y al que le dará prioridad absoluta. Sin embargo, la verdadera recuperación de la economía brasileña aún depende de la aprobación por el Parlamento de todas las reformas. Estas son un requisito esencial para que el FMI continúe entregando el crédito de 42.000 millones de dólares (36.525 millones de euros o 6 billones de pesetas) del cual Brasil ya recibió 6.500 millones (2.174 millones de euros).

El nombramiento de Lópes fue bien recibido por la patronal, aunque con reservas, pues sólo han dado al Gobierno un plazo de 100 días para ver resultados positivos tras el cambio.

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