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Un informe del Gobierno alemán pide la supresión de los Fondos de Cohesión

Pilar Bonet

El canciller federal, Gerhard Schröder, recibe hoy en Bonn a Jacques Santer, el cuestionado presidente de la Comisión Europea. La entrevista se produce tras conocerse un informe redactado por un grupo de expertos para el Gobierno alemán en el que se recomienda la supresión de los Fondos de Cohesión, y se pide que los argumentos que apelan a la solidaridad entre los Estados europeos no prevalezcan sobre los intereses nacionales. Léase, el interés de Alemania en reducir su aportación al presupuesto comunitario.

El principal fin de Alemania durante los seis meses de su presidencia es reducir a toda costa su contribución neta a la Unión Europea. Y para apuntalar ese objetivo nada mejor que la tesis que aparece en el informe redactado por un consejo de 33 expertos, adjunto al Ministerio de Finanzas de Alemania. Dicho informe indica la dureza de la negociación que se avecina para los Estados que, como España, se benefician de las transferencias comunitarias.El informe recomienda al Gobierno federal que se apoye en una alianza con Francia, así como que suprima inmediatamente los Fondos de Cohesión, que benefician a España, por entender que ya han cumplido su objetivo. El documento, impregnado de advertencias contra cualquier replanteamiento de los intereses nacionales de los Estados en nombre de la solidaridad comunitaria, afirma que "la integración política de la comunidad" debe medirse en función de la aceptación de los ciudadanos. Esta aceptación", advierten, "se socava si [los ciudadanos] tienen la impresión de que la Comunidad Europea es una compañía de redistribución en la que, bajo el pretexto de encargarse de tareas de política de distribución, lo que se hace, sobre todo, es desviar recursos de los contribuyentes fiscales de un país a los grupos de intereses en los otros países".

Los autores del informe constituyen un gremio independiente, pero el ministro de Economía, Werner Müller, ha dicho que el documento "refuerza" la posición alemana.

El grupo de expertos aconseja introducir una contribución combinada, que, en un 80% , se base en el producto interior bruto de los Estados miembros y, en un 20%, en los votos de cada uno de ellos en el Consejo Europeo. El modelo propuesto ahorraría a Alemania un total de 5.161 millones de euros (unos 858.000 millones de pesetas) y beneficiaría también a Francia, que se ahorraría 1.587 millones de euros (264.000 millones de pesetas).

El esquema, que también beneficiaría a los países ricos como Holanda, Austria y Suecia, perjudicaría en cambio al Reino Unido, con cargas adicionales de casi 2.500 millones de euros (416.000 millones de pesetas), a España, que perdería 1.169 millones de euros (195.000 millones de pesetas) respecto a 1997, así como a Italia, Portugal y Grecia.

Desconfianza

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En un tono de desconfianza sobre la asignación de recursos comunitarios a los países menos favorecidos de la Unión Europea, los expertos proponen mayor financiación nacional de los programas que se benefician de los Fondos Estructurales de la Unión Europea, una renacionalización parcial de la política agrícola y una mayor concentración en objetivos de interés común europeo.Los analistas en Bonn divergen sobre las consecuencias que el debate en el Parlamento europeo de la moción de censura a la Comisión puede tener tanto para el fin de reducir la contribución alemana, como para la cohesión interna del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Este fin de semana, el SPD ha mostrado discrepancias internas sobre qué posición adoptar en Estrasburgo.

Los cinco diputados europeos de la organización del SPD en Baviera (uno de los 16 Estados federados alemanes) han decidido votar por el cese de la Comisión, en contra de la línea de su propio grupo parlamentario.

Gerhard Schmidt, el portavoz de los diputados bávaros, ha dicho que Bruselas debe asumir la responsabilidad política por la "negligencia y el nepotismo" en la UE. Eso sí, reconoce que el cese de la Comisión complicaría la presidencia alemana.

El grupo parlamentario socialista en Estrasburgo (el más numeroso) quiere otorgar su confianza a la Comisión, mediante el procedimiento de votar en contra de una moción de censura que él mismo ha presentado.

Günter Verheugen, el viceministro de Asuntos Exteriores de Alemania y responsable de asuntos europeos, advirtió ayer de que la aprobación del paquete de reformas financieras de la UE conocido como Agenda 2000 -que Alemania está empeñada en sacar adelante durante su presidencia- exige una comisión capaz de negociar en todo momento. Mientras Verheugen indica su preferencia por una Comisión fuerte, otros observadores políticos piensan que una Comisión débil puede ayudar a Alemania a reducir su contribución a la EU. Las propuestas más recientes para lograr este objetivo están en el informe del consejo adjunto al Ministerio de Economía.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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