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Entrevista:

ÁNGEL CORPA CANTANTE "Uno no puede interpretar cosas que no siente llamándose Jarcha"

Ángel Corpa, miembro fundador del grupo Jarcha, puso su voz al tema Libertad sin ira, esa especie de himno de la transición que ha resurgido espontáneamente varias veces en los últimos años ante el dolor causado en España por el terrorismo. Este músico de mirada misteriosa se fue de Jarcha en octubre de 1997, pero cada noche interpreta incansablemente Libertad sin ira en el piano-bar Corpa, de Isla Cristina (Huelva), donde trabaja. Pregunta. ¿Qué significó Jarcha en el panorama musical español de final de los años setenta? Respuesta. Fue un momento de condensar en la música un montón de inquietudes, de rebeldías, de cosas que nos bullían a todos por dentro, y yo lo que veo, cuando el tiempo ha pasado, es hasta qué punto todo aquello caló en la gente. P. ¿A qué se debe, en su opinión, la supervivencia en el tiempo del tema Libertad sin ira? R. Fue una canción que a poco de ponerla en el aire dejó de pertenecernos para ser del pueblo. Resulta difícil hallar un precedente similar en cuanto a la gran cantidad de partidos políticos que la escogieron como sintonía o como una de las canciones que vertebraban aquellas campañas electorales de las primeras elecciones democráticas en España. Me sorprendió, con todo, que en los días trágicos del asesinato de Miguel Ángel Blanco la gente corease ese tema en la calle de forma absolutamente espontánea y natural. No acabo de encontrar explicaciones, porque este tipo de fenómenos va más allá de lo puramente racional. P. ¿Es difícil la vida de un músico? R. Resulta complicada y apasionante. Y emocionante, porque uno encuentra una gratificación inmediata en el reconocimiento por parte del público. P. ¿En qué consiste el misterio de un piano-bar, donde actualmente canta usted? R. La magia está sujeta a la persona que sube al escenario. Yo soy de los que ponen el corazón en cada nota, me dejo las tripas cantando, siempre fue así, y al final eso tiene un elevadísimo componente de verdad que el público capta. Interpreto canciones que pertenecen a una onda musical que no está en boga, porque actualmente no interesan a las compañías discográficas. Subir a un escenario, sin intermediarios de ningún tipo, a cantar a la gente lo que quiere escuchar y sentir, me parece algo decididamente mágico, de lo que estoy encantado. Encuentro un silencio místico, una complicidad fortísima, mientras actúo. P. ¿A qué se debió la decadencia de Jarcha? R. Nosotros aportábamos una gran verdad cada vez que subíamos al escenario. Pero el grupo se fue apartando de sus postulados originales, sobre todo últimamente, y por eso yo me marché. Uno no puede interpretar cosas que no siente llamándose Jarcha.

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