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Alicia de Larrocha, anfitriona principal del homenaje a Victoria de los Ángeles

Ningún cantante figura en la convocatoria al concierto de hoy en la Zarzuela

Victoria de los Ángeles cumplió 75 años el pasado mes de noviembre. Lucero Tena (castañuelas), Agustín León Ara (violín), Alicia de Larrocha, Joaquín Achúcarro, Miguel Zanetti y Juan Antonio Álvarez Parejo (pianos) se reúnen esta tarde en Madrid para brindar un concierto-homenaje a la insigne soprano catalana. Ningún cantante figura en la convocatoria. Victoria tampoco ha garantizado su asistencia, por razones anímicas tras una desgracia familiar reciente. La reedición de varios registros discográficos ha puesto de nuevo en primer plano a esta cantante.

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La voz tornasolada

El arte único de Victoria de los Ángeles ha vuelto a brotar en las últimas semanas con la reedición de sus Cantos de España por EMI, cuatro compactos con canciones tradicionales, medievales, renacentistas, barrocas, sefardíes y de autores españoles del siglo XX, como Mompou, Toldrá, Monsalvatge, Rodrigo, Granados, Guridi, Cristóbal Halffter, Turina, Nin y Falla, en grabaciones que van desde 1950 hasta 1992. Cuando Victoria recogió la Medalla de Oro de las Bellas Artes el 8 de junio de 1992 dijo en sus palabras de agradecimiento que "ante una obra de arte que nos conmueve pensamos que el tiempo se detuvo, que sucedió en un instante eterno". La sensación de eternidad late también en estas canciones que desafían el paso del tiempo y devuelven la ilusión de una manera de cantar natural, sencilla y apasionada, hoy desgraciadamente en vías de desaparición.Victoria de los Ángeles, como María Callas, Renata Tebaldi o Elisabeth Schwarzkopf, pertenecen a otra dimensión del canto. Las une un concepto generacional (nacieron entre 1915 y 1923), una corriente subterránea de emotividad. Sin ser un animal escénico para la ópera, en el sentido que hoy en día se da a esta expresión, Victoria de los Ángeles nos ha dejado sobre la escena, entre otras, una conmovedora Manon de Massenet con Monteux, una emocionante Mimí de La bohème con Beecham o una dulcemente turbadora Melisande de Debussy con Cluytens. En las últimas semanas se han editado por el sello inglés Testament (distribuido en España por Diverdi) dos de sus primeras grabaciones para la ópera: El barbero de Sevilla, de 1952, dirigido por Serafín, y Madama Butterfly, de 1954, con Gavazeni. En todas ellas hay una humanidad extraordinaria a la hora de concebir unos personajes que sufren y ríen con ella hasta en el último de los suspiros. El arte operístico de Victoria es el arte de la emoción musical. No hay concesiones ni siquiera al dramatismo formal. Es un trozo de vida el que Victoria expone sin red en todas sus intervenciones.

Los franceses, con André Tubeuf a la cabeza -"durante 20 años fue la única cantante francesa de proyección internacional", dijo-, la consideran como la intérprete más destacada en lengua francesa del siglo. En el ámbito alemán, Victoria fue la primera española que participó (en 1961 y 1962) en los festivales wagnerianos de Bayreuth, invitada directamente por Wieland Wagner, como Elisabeth de un Tannhäuser dirigido por Sawallisch. Cinco continentes, más de cincuenta teatros de ópera y países han sido testigos privilegiados de su arte. Especialmente significativos fueron sus recitales en el teatro Colón de Buenos Aires (1978), en la catedral de Ávila en el cuarto centenario de la muerte de santa Teresa (1982), en el Wigmore Hall de Londres en homenaje a Barcelona (1986) y en la Universidad Autónoma de México (1988).

Gran lectora de poesía, desde san Juan de la Cruz y santa Teresa hasta Cernuda y Rilke, espontánea, sincera y directa en sus opiniones; vitalista y fervorosa defensora de su intimidad personal, Victoria de los Ángeles posee una sensibilidad especial, un magnetismo hechizante, desde su manera de concebir el canto y desde su actitud ante la vida.

Hoy vuelve a ser homenajeada en Madrid, con Alicia de Larrocha como anfitriona principal. Es un gesto elogiable. Las músicas de Scarlatti, Soler, Albéniz, Falla, Beethoven, Debussy, Ravel, Chopin o Granados, que sonarán con calor esta tarde, tal vez provoquen en su rostro una sonrisa de satisfacción. Es lo mínimo que el mundo musical puede devolver a esta diosa de la generosidad. Pero, en este día tan especial, los cantantes, ¿dónde están los cantantes?

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