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Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Halffter 'grita' los derechos humanos

El 10 de diciembre de 1948 se aprobó en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y para conmemorar su 20º aniversario, el presidente de la ONU, entonces U Thant, encargó al escritor americano Norman Corwinn y a Cristóbal Halffter una cantata sobre el tema. Se estrenó en la sede de la ONU bajo la dirección del autor y del polaco Skrowaczewski, pues la obra exige dos directores. El compositor se ciñe al pensamiento, más que al texto, de Corwinn y a la significación de los diversos puntos de la Declaración sin que llegaran a la impactante partitura los ecos de mayo de 1968, el de "la imaginación al poder".Ahora, cuando la Declaración cumple medio siglo, nada más oportuno que programar la cantata de Halffter titulada Sí, grita, sí. La audiencia actual no ha reaccionado airadamente como hizo parte del público y de la crítica en la primera audición madrileña de mayo de 1969, pues los procedimientos composicionales de Halffter están asimilados incluso por quienes no los comparten.

Orquesta y Coro Nacionales

Directores: Cristóbal y Pedro Halffter. Director coro: Stebing-Negenborg. Obras de Bach, Hartmann y Halffter. Auditorio Nacional, Madrid, 11 de diciembre.

Muchos hemos relacionado con razones evidentes la cantata con el Symposium de 1967, aunque en realidad su intensa expresividad, su grito, fue desde el principio uno de los rostros del arte halffteriano. Ya en su primera obra importante, la Antífona Pascual, de 1952, el músico madrileño cantaba, pero también gritaba, la alegría religiosa. En definitiva, la cantata, por la misma índole del argumento, es obra aclamatoria, mientras otras partituras, objetivamente musicales o consecuencia de compromiso social, se alzan en sus valores musicales. Que los hay en la cantata me parece tan indiscutible como que el músico español superó bastante al escritor americano. Todo -belleza, grito, desbordamiento coral- tuvo una feliz realización en manos de Cristóbal Halffter y de su hijo, el director Halffter Caro al frente de la Orquesta y Coro nacionales, y los solistas Diana Tiegs y Raimo Laukka.

Antes, Halffter Caro dirigió la Sinfonía Trágica, compuesta por K. A. Hartmann. El concierto se inició con la cantata de Bach Cristo yace en brazos de la muerte, dirigida por Cristóbal Halffter.

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