La carta del general acentúa la división de las fuerzas políticas
Los partidos del Gobierno de la Concertación y los familiares de las víctimas de la dictadura acogieron con distintos grados de repudio la carta a los chilenos firmada por el exgeneral Pinochet, mientras en las filas de la derecha y los empresarios reinaba una absoluta satisfacción por el contenido del documento. Todo era perfectamente previsible en este Chile de dos caras frente a la figura del anciano dictador.Para Ricardo Lagos, candidato socialista para las elecciones de diciembre de 1999, la carta "va contra el sentido común de lo que ha ocurrido en Chile durante 17 años".
El presidente de la Democracia Cristiana, Enrique Krauss, lamentó "la gran oportunidad perdida" por Pinochet para dar una paso hacia la reconciliación, y echó en falta "un solo gesto" de asumir su responsabilidad en las violaciones de derechos humanos en Chile.
Sergio Bitar, líder del Partido Por la Democracia (PPD), se refirió a las palabras pronunciadas ayer por el exgeneral ante el juez británico al calificar de embustes las acusaciones en su contra, y las comparó con una reciente declaración de Augusto Pinochet (hijo), que dijo que los muertos durante la dictadura eran "bestias".
En el otro extremo, la oposición derechista y el empresariado rompieron en aplausos por la carta. No en vano, los primeros han sido los verdaderos artífices del documento. "Es un llamamiento a juzgar la historia de nuestro país con objetividad. Es un gesto de reconciliación de enorme importancia. Es una excelente carta que compartimos plenamente", fueron algunas de las expresiones del presidente de Renovación Nacional (RN), Alberto Espina. "A partir de esta carta, todos los chilenos tenemos que trabajar por restablecer la verdad histórica de lo que ocurrió en Chile, Es una vergüenza cómo nos miran en Europa", declaró el senador de la UDI Jovino Novoa.
