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JAVIER LASARTE-DEFENSOR DEL CONTRIBUYENTE

"Las normas fiscales deben ser estables y mejor pensadas"

El Defensor del Contribuyente, una figura creada por el actual Gobierno hace casi dos años, presentará en los próximos días y con cierto retraso el primer balance de su gestión. Durante el primer año, Javier Lasarte ha recibido 4.500 quejas contra la Agencia Tributaria, la gestión catastral y el funcionamiento de los tribunales administrativos. En su opinión, las normas fiscales deberían ser más estables y mejor pensadas.Pregunta. ¿Le dejan a usted ser independiente? Respuesta. Mi independencia personal es absoluta. Jamás me han dado ningún tipo de instrucción sobre resolución de expedientes, ni sobre la relación de propuestas. Pero soy presidente de un órgano colegiado del que nacen las decisiones, en el que están sentados representantes de los servicios de Hacienda y de diversos sectores sociales.

P. ¿Cuál es el balance de estos casi dos años?

R. El primer año hemos recibido unas 4.500 quejas, muy próximas a las previstas. El segundo año aún no ha terminado, pero creo que superarán las 5.000. P. ¿Y esto es mucho o poco?

R. En términos relativos hay que reconocer que son muy pocas. La Agencia Tributaria este año va a mover alrededor de 50 millones de declaraciones; los Tribunales Económico Administrativos tienen ahora mismo unas 300.000 reclamaciones económicas vivas; en el catastro se gestionan miles de documentos... Está claro que las quejas que nos llegan a nosotros expresan ciertos malestares radicales y sabemos que el grado de descontento puede ser mayor que el que expresan las reclamaciones.

P. ¿De qué se quejan los contribuyentes?

R. El mayor número de protestas se refiere al funcionamiento de la propia Agencia Tributaria. Hay muchas quejas sobre la legislación, por ejemplo, padres separados, jubilados y otros que protestan por la normativa del IVA o el sistema de módulos. A todos ellos lo que les decimos es que Hacienda se limita a aplicar la normativa en vigor y que lo máximo que podemos hacer es proponer modificaciones. Luego hay otro grupo de quejas sobre los procedimientos de la Agencia, en algunas ocasiones derivadas de que las actuaciones son masivas. Yo creo que ahí la Agencia ha mejorado muchísimo en los últimos años, pero evidentemente está muy desbordada. En el tercer nivel, el contribuyente se queja del funcionamiento de los servicios. La gente no quiere hacer cola, que los funcionarios fumen, que tarden en mandarles los papeles, que no haya rampas para minusválidos, que falten modelos de declaración o libros de instrucciones cuando llegan las grandes campañas, que los teléfonos de información comuniquen y quieren que se les conteste rápidamente a las consultas en un lenguaje claro. Lo que sucede aquí es que en los procesos masivos de tributos se ha ido más deprisa que la propia organización de la Agencia.

P. Es posible que, desde el punto de vista político, se hacen ofertas a las que luego no se puede atender...

R. Es verdad, pero también es cierto que si no hubiera esos impulsos políticos los aparatos administrativos tienden a cerrarse en sí mismos.

P. ¿La Agencia está preparada para gestionar el nuevo IRPF?

R. Creo que en el nuevo IRPF hay algunos puntos concretos que echarán un trabajo añadido sobre la Agencia. En este sentido, evidentemente, para la Agencia es un reto. Creo que también echará trabajo añadido sobre el Consejo de Defensa del Contribuyente, porque la reforma del IRPF abre muchas expectativas y no todas se podrán satisfacer.

P. ¿Cree que la Agencia está dando la talla en la lucha contra el fraude?

R. ¿La Agencia está luchando contra el fraude? La respuesta es sí. Pero la lucha contra el fraude debe ser continua. Es cierto que la Agencia es un órgano muy reciente y que necesita aún un tiempo para gestionar con mayor facilidad los impuestos. En la medida en que esto se consiga, se podrán dedicar más efectivos a la lucha contra el fraude. Hay que hacer ese esfuerzo, pero hay que mejorar también la legislación, porque todavía presenta zonas oscuras.

P. ¿No tiene la sensación de que en estos dos últimos años se ha parcheado mucho el sistema fiscal?

R. No sólo en estos dos últimos años. El que las normas fiscales sean más estables es un amor imposible. Si las normas fiscales se quedan quietas, los que no cumplen sus obligaciones saben huir de esas normas y éstas se convierten en ineficaces. Dicho esto, es verdad que las normas fiscales deberían ser más estables y mejor pensadas; es decir, de mayor corrección técnica y de contenido. Desde luego, este es un objetivo que todos compartimos. ¿Que en los últimos años ha habido muchas modificaciones legislativas? Desde el año 1981, la movilidad de las normas tributarias ha sido tremenda.

P. Es lo que ha podido suceder, por ejemplo, con el Estatuto del Contribuyente, que se aprobó y luego se pensó como instrumentarlo.

R. En relación al Estatuto del Contribuyente cabe hacer la crítica que usted apunta. Pero le diré que esas normas se dictaron precisamente para favorecer al contribuyente y eso es positivo.

P. ¿Cómo vería un cambio de modelo en la Agencia Tributaria?

R. Es difícil que la Agencia se quede en la situación en que está. Ahora debemos confiar en la labor del nuevo director [Ignacio Ruiz Jarabo] y tener un poco de paciencia.

P. ¿En qué dirección habría que ir?

R. Vería positivo un control más cercano del Parlamento e incluso una representación del sector privado en sus órganos de dirección, como en Estados Unidos.

P. ¿Se lograría así que no se utilice políticamente a la Agencia?

R. Más bien se trataría de mejorar los canales de comunicación entre Hacienda y la sociedad. En la mayor parte de las quejas que yo recibo de los contribuyentes, si se les dan razones, éstos se aquietan. Igual ocurre en Hacienda cuando el que se queja expone sus argumentos.

P. ¿Y el traspaso de la Agencia Tributaria como reclama CiU?

R. Mi opinión personal es que hay que hacer justo lo contrario. Soy partidario de una Agencia única integrada para todos los niveles de Hacienda; es decir, defiendo una única organización administrativa fiscal para los distintos niveles de exigencia de los tributos en todo el país, el estatal, el autonómico y el local, en pie de igualdad relativa. Hoy sucede que la mayor parte de las informaciones con trascedencia tributaria están insuficientemente intercomunicadas y esto genera dificultades en la gestión y en la lucha contra el fraude. Yo sé que decir esto no va con el signo de los tiempos, pero es lo que pienso.

P. ¿Cree que vamos en la dirección contraria, es decir, hacia el traspaso?

R. La verdad es que no sé hacia dónde vamos.

P. ¿Qué ocurre con las quejas en relación a los tribunales administrativos?

R. El problema que tienen es que no disponen de medios ni normas procedimentales actualizadas como para poder atender el gran número de reclamaciones que tienen pendientes.

P. ¿Y respecto del catastro?

R. El catastro ha aumentado en los últimos años sus funciones y se ha ido llenando de tareas en relación directa con los ciudadanos. Ya no es un simple registro donde figuran las titularidades jurídicas y la descripción física de la finca. Ahora es un centro en el que hay multitud de gestiones que hacer por parte de los contribuyentes. Aquí también hay problemas de insuficientes medios y de adecuación de los procedimientos.

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