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La lluvia se lleva 20 nichos en el cementerio de Badalona

Las intensas lluvias causaron ayer importantes problemas de tráfico e inundaciones en Badalona, pero el incidente más grave fue el hundimiento de 20 nichos del bloque de la serie 7 del Cementerio Viejo, situado en el centro de la ciudad. Se trata de un cementerio histórico, que ha superado ya el siglo de existencia. El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, el convergente Marcel Riera, explicó ayer en rueda de prensa el accidente. El hundimiento de los nichos fue causado "por la intensidad de las lluvias y la antigüedad de la construcción". Las inclemencias del tiempo y el sobrepeso que soportaba el bloque de nichos debido al agua acumulada afectaron a una viga, que cedió. Bajo la tutela del Juzgado número 8 de Badalona, el consistorio empezó a trabajar para reparar la situación y resolver los traslados de los restos que habían quedado al descubierto. La policía precintó el cementerio para llevar a cabo estas actuaciones. Enseguida se empezaron a habilitar nichos provisionales donde depositar los cadáveres. También fue necesario apuntalar el resto de la estructura del bloque de nichos afectado, para evitar más hundimientos. Marcel Riera reconoció que existía la posibilidad de que hubiera más desprendimientos, por lo que se tomaron diversas medidas preventivas. Colas en el Baix Llobregat Las lluvias volvieron a hacer insufrible la circulación por la red viaria del Baix Llobregat. La Ronda del Litoral en dirección a la conexión con la autopista A-2 sufrió retenciones de varios kilómetros en muchos momentos del día. También se produjeron colas en la autovía de Castelldefels al suprimirse un carril a la altura de Viladecans a causa del agua acumulada en la calzada. En Castelldefels, el aguacero hizo que la ciudad se sumergiera en el caos entre las seis y las nueve de la mañana, con varias calles inundadas. Una persona tuvo que ser rescatada del interior de su vehículo, escena que se repitió en Santa Coloma de Cervelló. En muchas localidades cayeron árboles y señales de tráfico. En Cornellà, el ambulatorio Martí Julià quedó anegado por dos palmos de barro, por lo que tuvieron que suspenderse las visitas médicas. En Sant Just Desvern, el temporal provocó la caída de un trozo de fachada de un edificio, y en Molins de Rei, un puente bajo la vía del tren quedó inutilizado durante varias horas. En Sant Feliu, un rayó destrozó el reloj del campanario de la iglesia y afectó al sistema informático del Ayuntamiento. Han elaborado en esta información Manel Torres, Esther López, Josep Garriga, Pere Rusiñol, Gerard Bagué y Francesc Arroyo.

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