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Una fundación y Justicia promueven la adopción de niños con problemas

La Fundación Carmen y María José Godó y el Departamento de Justicia incentivarán la adopción de niños enfermos o discapacitados ofreciendo a las familias ayudas para los gastos del tratamiento sanitario o la atención especial necesarios. Mientras la Generalitat tiene congeladas desde septiembre de 1997 las solicitudes de adopción porque no hay niños disponibles para el elevado número de peticiones, un centenar de menores con problemas no encuentran padres dispuestos a acogerles.

La consejera de Justicia de la Generalitat, Núria de Gispert, y el presidente de la fundación, Manuel Morillo, firmaron ayer un convenio mediante el cual la entidad privada contribuirá a financiar, a lo largo de 1999, los gastos suplementarios que les supone a las familias acoger o adoptar a un niño enfermo o con alguna discapacidad, o a menores que deben ser acogidos junto a uno o más hermanos porque no es aconsejable su separación. Además de las 47.000 pesetas mensuales para la manutención, las familias acogedoras recibirán unas 75.000 pesetas para sufragar los costes de la atención especial que necesita el niño. Según establece el convenio, la fundación pagará las ayudas directamente al Instituto Catalán de Acogida y Adopciones, y las aportaciones no serán superiores a 1.582.000 pesetas al mes. En los centros de acogida de la Generalitat hay más de un centenar de niños desamparados que no encuentran familias dispuestas a acogerles o adoptarles porque necesitan una atención especial. Ello ocurre mientras la Generalitat ha dejado de valorar las nuevas peticiones de adopción desde hace un año y medio ante la gran desproporción entre los niños disponibles y el elevado número de solicitudes, que habían llegado a superar el millar. Según la Generalitat, el ritmo de adopciones o acogida de niños enfermos es de una al mes. De entre los menores con problemas que permanecen en los centros de la Generalitat hay un grupo de 46 que pueden ser adoptados. Sufren enfermedades como encefalopatía, síndrome alcohólico fetal o sida, síndrome de Down, sordera u otras discapacidades. La consejera de Justicia informó también de que existen unos 40 grupos de hermanos que pueden ser acogidos, aunque no adoptados. La posibilidad que tienen estos menores para encontrar una familia es muy reducida, según De Gispert, porque "a las parejas a menudo les da miedo quedarse con más de un menor y más cuando saben que no podrán adoptarlos porque los padres biológicos no han renunciado a ellos". La consejera elogió la contribución desinteresada de la Fundación Carmen y María José Godó en el proyecto para fomentar la acogida de niños con necesidades especiales. De Gispert aseguró ayer que estos niños, muchos de los cuales fueron abandonados por sus progenitores por problemas de salud al nacer, "están bien atendidos y reciben toda la asistencia necesaria en los centros de la Generalitat, pero les falta un referente familiar". "La experiencia nos ha demostrado que los menores desamparados tienen que ser acogidos preferentemente por familias y que los centros institucionales tienen que ser el último recurso", añadió De Gispert.

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