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Entrevista:ANDALUCÍA, SIGLO XXI

"La sociedad todavía no se ha adaptado a la equiparación entre hombre y mujer"

JOSEFINA GALINDO SÁNCHEZINSPECTORA DE TRABAJO Licenciada en Derecho e inspectora de Trabajo, Josefina Galindo Sánchez, de 35 años, apuesta, desde su trabajo, por transformar las estructuras normativas y políticas de la comunidad para conseguir la equiparación entre el hombre y la mujer. Galindo defiende con ahínco esta propuesta y añade que en absoluto es una utopía.Pregunta. ¿Es Andalucía una comunidad incluyente para la mujer trabajadora? Respuesta. La mujer sigue asumiendo el grueso de las tareas domésticas, además de la función reproductora y el cuidado de los hijos y los familiares enfermos, al margen de su trabajo. Esto es un obstáculo para que realice su trabajo en igualdad de condiciones para el hombre. Las tareas que se echa a las espaldas le impide disfrutar de su tiempo libre. En ese sentido, queda mucho por hacer. P. ¿Sigue, por tanto, la mujer incluida en los epígrafes de grupos marginales? R. Desgraciadamente sí, aunque hay supuestos muchos más graves. Hay que incluir a la mujer no sólo en lo que se refiere a los aspectos laborales sino a los malos tratos, que ahora están aflorando. P. ¿Existe alguna causa específica en Andalucía que haya conducido a esta situación de discriminación de la mujer? R. Desde luego en asuntos laborales. La concienciación social del andaluz está muy por detrás de otras comunidades en muchas ocasiones. P. ¿Hasta qué punto se sobrecarga de responsabilidades familiares la mujer trabajadora? R. La mujer, en igualdad de condiciones laborales, dedica al hogar cinco horas diarias más que el hombre. Tradicional e históricamente ha sido así y está claro que se sigue creyendo que la mujer es la titular de las obligaciones domésticas, el hombre cuando cumple con su tarea parece que está ayudando a la mujer, cuando en realidad es un problema de todos. P. ¿Esa realidad provoca un rendimiento laboral inferior de la mujer? R. No. Lo que lleva esta circunstancia a la mujer es al agotamiento físico y psicológico, ya que está sometida a doble jornada de trabajo. Además no debemos olvidar que las actividades domésticas y familiares no cuentan con el reconocimiento social, no están remuneradas. Por eso podemos citar a Lucille Caron, la representante de Canadá en la Organización Internacional de Trabajo (OIT), y afirmar que las mujeres subvencionan la economía atendiendo a la enorme cantidad de trabajo no remunerado que desarrollan y que no se contabiliza en el cálculo del producto doméstico bruto. P. La evolución de estos datos desfavorables a la mujer es positiva, pero ¿se producen los cambios a la velocidad necesaria? R. Si estos datos fueran de hace 10 años, la diferencia sería mayor. La evolución es positiva desde que se instauró la democracia. Ha habido importantes avances e incluso hemos ido más rápido que otros países de nuestro entorno. P. ¿Qué propone para actuar contra estas discriminaciones? R. El problema es integral y desde esa perspectiva hay que afrontarlo. No se pueden dar soluciones a la discriminación que sufre la mujer en el trabajo y soluciones a los problemas que sufre en casa. Los convenios colectivos tienen el reto de establecer los instrumentos necesarios para conciliar la vida profesional y familiar de los hombres y las mujeres. Es vital introducir la flexibilización de la jornada de trabajo, estableciendo turnos y permisos para el hombre y la mujer. Hay que sensibilizar a los hombres para que asuman sus tareas. P. ¿La implantación de la jornada de 35 horas en Andalucía puede ser un paso adelante para el reparto del trabajo y de las responsabilidades? R. Va a ser importante para todos, pero sobre todo lo será establecer mecanismos que permitan el cuidado de los hijos y de las tareas. Desde 1996 existe la directiva europea del permiso parental, que aún no ha sido trasladada a España. P. ¿Cómo juzga la actuación de las administraciones públicas en esta materia? R. Apostamos por la flexibilización de la jornada y por que los convenios recojan estas cuestiones, pero sin la participación y el empuje decidido de los poderes públicos no se podrá hacer nada. Flexibilizar y reducir la jornada de trabajo, el establecimiento de licencias y de permisos tiene un coste que no puede ser asumido por el empresario y mucho menos por el trabajador, porque puede producir el efecto boomerang y volverse en contra de la mujer. Al final los empresarios terminan por no contratarlas. Tienen que intervenir las administraciones para asumir estos costes, además de establecer una infraestructura de guarderías gratuitas, de programas de formación para los padres con el objeto de permitir la compatibilización de su trabajo con sus obligaciones familiares. P. ¿Y en qué consiste la unificación normativa? R. Hay muchos aspectos de la discriminación de la mujer en el ámbito laboral que están dispersos en la norma. Se llega a un desconocimiento por parte de la persona destinataria que le puede crear inseguridad jurídica. Los problemas que sufre la mujer se dan en todos los aspectos de la vida laboral, en materia de trabajo, de promoción interna, de ascenso, de seguridad, higiene, el despido, el embarazo, el acoso sexual...son muchos los temas que inciden en la discriminación de la mujer y están dispersos. P. ¿La equiparación entre hombre y mujer es una utopía? R. Estoy convencida de que no. La evolución ha sido muy rápida. En las leyes es muy difícil encontrar discriminaciones, pero sí en la negociación colectiva, pero la sociedad todavía no se ha adaptado a la evolución rápida de la ley. P. ¿Porqué son las mujeres las víctimas de las nuevas contrataciones y un grupo con dificultades de acceso al mercado laboral? R. Porque siguen pesando deficiencias formativas y de experiencia respecto al hombre. Tiene más cargas familiares. Ésta es una labor a realizar entre todos: poderes públicos, sindicatos, empresarios, políticos y jueces; y por los hombres y mujeres en el día a día. Todos estamos implicados. P. ¿El poder judicial trata de modo discriminatorio a las mujeres? R. Hay de todo, pero el Tribunal Constitucional ha evolucionado espectacularmente.

"Se sigue creyendo que la mujer es la titular de las tareas domésticas"

Josefina Galindo Nacida en Cádiz, de 35 años, Josefina Galindo es licenciada en Derecho e inspectora de trabajo. En el foro Andalucía, Nuevo Siglo se ha encargado de una ponencia sobre los derechos laborales de la mujer.

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