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Rato cambia al director de la Agencia Tributaria para atajar la crisis

El Consejo de Ministros aceptó ayer la dimisión presentada hace un mes y medio por el director general de la Agencia Tributaria, José Aurelio García Martín, y decidió su sustitución por Ignacio Ruiz Jarabo. El relevo en la dirección del organismo responsable de la gestión, recaudación e inspección de los impuestos supone el reconocimiento de la grave crisis interna. Desde que gobierna el PP, la Agencia ha estado en el blanco de la contienda política, lo que ha entorpecido su funcionamiento.

Ignacio Ruiz Jarabo, de 42 años, era hasta ayer director general de Recaudación, y con anterioridad ocupó la dirección del Catastro. Ayer fue nombrado director general de la Agencia Tributaria, una organización en la que trabajan 27.000 funcionarios, que maneja un presupuesto de 140.000 millones y recauda 16 billones de pesetas al año.La elección de Ruiz Jarabo puede interpretarse como un intento de pacificar la Agencia Tributaria, ahora un auténtico polvorín. Las opiniones recogidas respecto del nuevo director de la Agencia, señalan que es una persona de buen trato, aunque con menos empaque que su antecesor, José Aurelio García Martín.

Éste fue el recambio que utilizó el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, cuando decidió solventar su primera crisis con la destitución de Jesús Bermejo. Sin que hubiera llegado a cumplir un año en el puesto, Bermejo cargó con toda la responsabilidad del rotundo fracaso político que supuso la denuncia de una amnistía fiscal durante el Gobierno socialista.

Aquella operación, dirigida por el Gobierno y jaleada por los máximos responsables del PP, provocó en la Agencia un efecto devastador, del que todavía hoy no se ha recuperado. Un claro exponente es que García Martín tampoco ha durado en el cargo mucho más allá de un año. En este tiempo ha presentado su dimisión al menos media docena de veces, la última y definitiva hace mes y medio.

El desencadenante fue una comparecencia del secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, en el Congreso el pasado 6 de octubre. El diputado de Iniciativa per Catalunya Joan Saura demostró con datos internos de la Agencia Tributaria que los resultados de la lucha contra el fraude ofrecidos por Costa estaban manipulados.

Comparecencia de Rato

Si el Gobierno del PP había acusado al PSOE de "perdonar" 200.000 millones "a sus amigos", ahora Costa no era capaz de rebatir que, durante su gestión, la lucha contra el fraude ha podido caer en esa misma cantidad. Al respecto, el próximo 9 de diciembre, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, comparecerá en el Congreso. Rato tendrá también que explicar por qué la Agencia ha desistido en el caso de las cesiones de crédito.La situación creada fue tan grave que, al día siguiente de la comparecencia de Costa, García Martín presentó la dimisión. Pactaron no hacerla pública hasta la aprobación de la ley del impuesto sobre la renta, hecho que se produjo en el Congreso el pasado jueves.

Si la confusión en la lucha contra el fraude fue el detonante, el problema de fondo hay que buscarlo otra vez en las injerencias políticas en la Agencia Tributaria. El PP, CiU y el PNV decidieron intervenir en el conflicto de los subinspectores -en huelga de celo desde hace un año-, lo que García Martín interpretó como una desautorización consentida por Costa.

El hasta ahora director de la Agencia Tributaria, con el respaldo de los inspectores, a su vez enfrentados con los subinspectores, entendió que de esta forma se había abierto la vía a la ruptura de la Agencia Tributaria y su traspaso a las comunidades autónomas, como reclama CiU.

Para el diputado socialista Juan Manuel Eguiagaray, el relevo de García Martín pretende dar la falsa sensación de que "la crisis se ha resuelto y allanar así el terreno para la próxima comparecencia de Rato". Saura, por su parte, señaló que "la dimisión no soluciona nada, porque el problema de fondo es que la gestión de Costa es caótica y no hay voluntad política de luchar contra el fraude".

El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, negó que el nombramiento de Ruiz Jarabo sea el reflejo de una crisis, y lo justificó por la nueva etapa que se abre con la reforma del IRPF. El diputado del PP Vicente Martínez Pujalte insistió en que "no hay crisis, como demuestra el cada vez mayor y mejor servicio que la Agencia da al contribuyente".

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