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La justicia suiza descubre a los beneficiarios del dinero de KIO desviado por De la Rosa

Documentación aportada por la justicia suiza y revelada en la Corte de Londres ha permitido completar la lista de beneficiarios de los 450 millones de dólares (45.000 millones de pesetas en la época de los hechos) que Torras-KIO reclama a sus ex gestores. El primero es Javier de la Rosa, que recibió en sus cuentas 126,4 millones de dólares. A continuación, el ex presidente de KIO, Fahad al Sabaj, con 120 millones. El tercer receptor es Manuel Prado, con 100 millones. El ex director general de KIO, Fouad Jaffar, recibió 36,5 millones. El empresario Enrique Sarasola, 28,5 millones, y un miembro de la familia real kuwaití, 15 millones. Otros 24,1 millones están repartidos en cantidades menores.

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La causa de Londres fue iniciada en 1993 cuando Torras presentó una demanda civil reclamando 450 millones de dólares (con los intereses acumulados han llegado a superar los 520 millones) desaparecidos de Torras en cuatro grandes operaciones: Croesus, Oakthorn, Pincinco y Wardbase. En el cuadro que acompaña la información se describe el destino de todo el dinero reclamado.Una parte de los destinatarios ya era conocida, pero la nueva documentación permite completar la lista. La justicia suiza inició las investigaciones sobre esas cuentas a raíz de una comisión rogatoria enviada a ese país por los abogados de Torras en Londres al objeto de conocer los beneficiarios de algunas transacciones. Posteriormente, esta investigación se amplió hasta desembocar en un posible caso de lavado de dinero realizado por empleados de varios bancos suizos que colaboraron con movimientos ilegales que pretendían encubrir el destino del dinero desaparecido de Torras.

Muchos de los destinatarios ya eran conocidos, pero la documentación sirve para refrendarlos. Éste es el caso del ex presidente de KIO, Fahad al Sabaj, que había reconocido en las declaraciones escritas del caso en Londres que había recibido 22,5 millones de dólares. Ahora está claro que recibió 98 millones más, sobre los que él negó saber absolutamente nada. Este hecho implica que su caso en Londres está prácticamente perdido, igual que el de su ex segundo en KIO, Fouad Jaffar, que sólo había reconocido haber obtenido 10 millones, mucho menos de la cantidad real, 36,5.

Las cuentas de De la Rosa, especialmente la del Bankers Trust con la clave Stuart, ya eran conocidas y precisamente ése es el motivo por el que actualmente se encuentra en prisión provisional por orden de la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, instructora del caso Torras. Igual sucede con Manuel Prado, que recibió 100 millones en el Banco Sogenal. Prado reconoció este hecho, aunque afirma que el dinero no era de Torras, sino de pagos de deudas que De la Rosa tenía con él.

Algo similar ocurre en el caso del empresario Enrique Sarasola, a quien De la Rosa había apuntado en su momento como el receptor de 27,4 millones de dólares a través de la sociedad panameña Horowitz.

La historia de esa cuenta arranca en otra llamada Bigley Management Inc. Panamá, abierta en diciembre de 1997 en el Merrill Lynch Bank de Suiza. La cuenta tenía dos firmas autorizadas, la de Sarasola y la de Álvaro Álvarez Alonso, representante del primero.

A Bigley llegaron, en un primer envío, los 27,4 millones de dólares (2.740 millones de pesetas de la época) de la Operación Croesus, según la documentación. Bigley también recibió otro millón en la Operación Pincinco.

En el momento de abrir la cuenta, Álvarez Alonso, informó que recibiría 35 millones de dólares, "que son los ingresos por la venta de una propiedad inmobiliaria y una gran parte de ello será transferido más tarde a España para adquirir otra propiedad inmobiliaria". El mismo informe indica, sin embargo, que esa entrada fue de 27,4 millones de dólares.

Algunas fuentes, incluido De la Rosa, han apuntado la relación entre esa operación y la venta de Urbanor, propietaria del solar de plaza de Castilla de Madrid donde KIO construyó las Torres Europa. Esa operación se formalizó en enero de 1988.

En torno a esas fechas, la documentación refiere una transferencia desde la cuenta de Horowitz Corporation a Bigley, el 11 de enero de 1988, por importe de 9,2 millones de marcos (800 millones de pesetas). Según informó Álvarez Alonso, esta cuenta, y otras dos, se abrieron "con el fin de hacer transitar por ellas fondos provenientes de transacciones inmobiliarias".

Entre los receptores figura también un miembro de la familia real kuwaití, Jhaled al Sabaj, que recibió 15 millones de dólares, quien ya reconoció ante la Corte de Londres haberlos recibido; el abogado Juan José Folchi, que ha declarado que el dinero procedía del cobro de minutas profesional como asesor legal del Grupo Torras y el empresario Zourab Tchokotua.

El resto se compone de diferentes cantidades que se pagaron para constituir las sociedades utilizadas y para pagar los intereses bancarios como consecuencia de los movimientos del dinero además del pago a las sociedades Montrex y Montreux.

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