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Entrevista:

"Un simple paseo por Madrid es grato si se busca la sorpresa"

Juan Pastor, nacido en Madrid en 1969, estudió en la Complutense y se licenció en Pedagogía. Desde sus primeros estudios, se sintió fascinado por la creatividad y decidió ponerla en relación con el proceso educativo. Becario Erasmus en la ciudad norirlandesa de Belfast, siguió allí sus investigaciones tan tempranamente iniciadas, a las cuales ha dedicado parte de sus mejores energías. Su principal propósito, académico primero, vital después, ha sido el de averiguar las claves para educar el proceso creativo. Con este fin participó en un congreso mundial de creadores bajo los auspicios de la UNED, uno de cuyos propósitos intentó establecer en Madrid una red mundial de personas creativas, enlazada a América Latina. Aunque no cristalizó en un principio, esa red sigue siendo uno de sus objetivos. Conoció a Marga Íñiguez, estudiosa de los mismos asuntos en universidades americanas y asesora de cinco Gobiernos, y con ella ha desplegado proyectos como un reciente Seminario de Creatividad, realizado por la Fundación Ópera Prima, que Juan Pastor dirige, dentro de unas jornadas que han llevado a la calles de Madrid iniciativas sorprendentes.Pregunta. ¿Es posible la enseñanza de la creatividad?

Respuesta. Sí. Se trata de investigar y desarrollar la capacidad creativa de los individuos, señaladamente los jóvenes nóveles, para luego incitarles a la ideación y a la plasmación de sus ideas en la práctica.

P. ¿Cómo plasmarlas?

R. Hay que generar espacios de encuentro en los que coexistan artistas y científicos, primerizos y consagrados, para que se enriquezcan mutuamente.

P. ¿Hay precedentes en Madrid de iniciativas semejantes?

R. La Residencia de Estudiantes, por ejemplo, supo combinar la experiencia de algunos creadores consagrados con la frescura y la transgresión que subyace en la ideación de los más jóvenes. Fundieron generaciones creadoras.

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P. ¿Cómo fundirlas hoy en Madrid?

R. Para innovar es necesario desordenar la realidad y ordenarla de nuevo bajo otros cánones. Eso es el proceso creativo: jugar con el caos y el orden. Sin desorden no hay progreso alguno.

P. ¿Qué hay de creativo en soltar una vaca por la calle de Alcalá, como ustedes han hecho recientemente?

R. Le recuerdo que la calle de Alcalá es una cañada histórica, apta para el paso de vacas. Se trató de contemplar el impacto de lo natural sobre lo urbano, de renovar la mirada sobre la realidad como primer paso para transformarla.

P. Madrid, ¿adormece o estimula la creatividad?

R. Si uno lo observa sin vencer el miedo a la perplejidad, Madrid adormece. Pero, si recupera el sentido de la sorpresa, un simple paseo por la ciudad puede llegar a ser grato y muy creativo.

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