Lluvia de críticas a la compañía dominante
Las tarifas de interconexión son clave para el desarrollo de la competencia y para que el usuario de los servicios de telecomunicaciones la perciba. El apoyo de los nuevos operadores confirma que la intención de Fomento y de la CMT al fijarlas era romper la imagen de España como un país cerrado a las nuevas operadoras.Lo que se pretende, según el presidente de la CMT, José María Vázquez Quintana, es incentivar la competencia para que presione a la baja los precios y facilite el acceso de los consumidores a nuevas tecnologías.
Vázquez Quintana criticó el pasado fin de semana a Telefónica por su actitud contraria a la competencia. "Sería lamentable", dijo, "que el gran actor de la liberalización [Telefónica] no esté a la altura".
Telefónica asegura que las tarifas de interconexión son tan bajas que no cubren el coste de la red existente. La CMT reconoce que es así, pero ha preferido dejar para más adelante el estudio de los costes de Telefónica, fundamental para determinar "el déficit de acceso" (la diferencia entre la cuota de abono mensual que pagan los clientes y el coste por mantenimiento de la red) que soporta la compañía, y cómo se debe financiar el servicio universal (la garantía de que todos los españoles pueden disfrutar de un teléfono).
Telefónica insiste en la necesidad de reequilibrar las tarifas para que una parte de sus servicios (llamadas nacionales e internacionales) deje de subvencionar las llamadas locales y el abono mensual. La competencia impedirá a Telefónica subir el precio de las llamadas locales, porque perdería mercado, y ya ha cedido un 7% a Retevisión en el servicio interprovincial (cuyos precios han bajado un 15% desde que entró en servicio el segundo operador).
Pero como Telefónica es la única que hoy puede llevar el cable del teléfono hasta el usuario, ejercerá una enorme presión para que Fomento le permita subir la cuota mensual (1.442 pesetas más IVA al mes).
