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Clinton amenaza a Sadam con un ataque militar si no coopera con la ONU

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, reiteró ayer que considera muy seriamente la opción militar contra Irak si Sadam Husein no cumple sus compromisos con la ONU. Para dar crédito a sus palabras, EEUU ha ordenado el envío a la zona de 129 aviones de combate y 3.000 soldados. En pocos días, dispondrá de 20 barcos y 300 aviones dispuestos a actuar. Naciones Unidas, mientras, ha comenzado a evacuar a su personal de Irak. Los primeros 200 inspectores abandonaron ayer Bagdad con destino a Bahrein.

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Con la sombra del caso Lewinsky algo diluida, Clinton puede actuar sin temer a las segundas lecturas. Ayer, en un discurso pronunciado en el Día de los Veteranos, fue rotundo: "Seguimos esperando, rogando incluso, que Sadam coopere. Pero también debemos estar preparados por si no lo hace".Aunque ésta es la postura oficial, diversas fuentes indican que el presidente y sus asesores ya han comenzado a debatir qué tipo de ataque se debe efectuar. El Pentágono ordenó ayer un importante despliegue militar en el golfo Pérsico con el fin de que el presidente disponga, como dice el portavoz oficial del Departamento de Defensa, todas las opciones posibles a su alcance.

Con estos preparativos bélicos la crisis regresa a uno de sus peores momentos después de la guerra de 1991. El anterior sucedió en febrero de 1998, en la llamada crisis de los palacios. Ésta finalizó cuando el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, logró desactivar en el último instante un ataque aéreo estadounidense. Annan pactó entonces con el régimen de Sadam las normas para la inspección de los recintos presidenciales sospechosos de albergar armas de destrucción masiva.

Clinton no desveló cuándo EE UU realizará su despliegue final previo a una acción de castigo, pero advirtió que la negativa de Sadam a cooperar con los inspectores de la ONU era intolerable. "No dar una respuesta, no impedir a Sadam que actúe descabelladamente, dañaría permanentemente la credibilidad del Consejo de Seguridad" de la ONU como guardián de la paz internacional, dijo Clinton.

Los 15 miembros del Consejo se reunieron anoche en Nueva York para escuchar las explicaciones del jefe de la misión de la ONU, el australiano Richard Butler, que los iraquíes consideran aliado de Estados Unidos. Después decidirá qué hacer ante esta nueva escalada de la tensión. Butler dijo que, por lo que él sabía, el ataque no era inminente, pero que aun así la retirada inmediata de los inspectores de Irak era necesaria. Sin embargo, antes de entrar a la reunión del Consejo de anoche, Annan manifestó que el regreso de los inspectores "sería bueno para Irak, bueno para la región y bueno para el mundo".

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Bagdad, como ha sucedido en las últimas crisis, exige que se levante el embargo económico como condición para cooperar con los inspectores. Pero a juicio de la comunidad internacional, el orden de factores debe ser justo el contrario. Primero cooperación y después levantamiento de las sanciones. No se espera que Annan realice en los próximos días una visita de urgencia a Bagdad, como sucedió hace ocho meses. A pesar de que la crisis está en sus primeras fases, y de que EEUU necesita aún unas semanas para completar su despliegue militar, la ONU a empezado a evacuar parte de su personal de Irak. Los primeros en salir del país han sido un grupo de 90 técnicos de los equipos de desarme. Horas más tarde un convoy de autobuses con 150 funcionarios de las agencias humanitarias internacionales partió de la capital iraquí con destino a Ammán.

Las delegaciones de la ONU en la capital iraquí quedarán bajo mínimos en las próximas horas, cuando el resto del personal abandone Bagdad en una operación similar a la efectuada a comienzos de año.

Coincidiendo con este repliegue, el Departamento de Estado aconsejó ayer a los ciudadanos norteamericanos que abandonen Kuwait e Israel como primera medida de prudencia ante una hipotética agresión química y bacteriológica de Irak contra estos países.

Entre el material de guerra enviado al golfo Pérsico se encuentran varias baterías de misiles Patriot capaces de derribar los Scud iraquíes. Sus destinos han sido Israel y Bahrein.

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