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Rafael Moneo amplía el Museo del Prado con una arquitectura "discreta y controlada"

El ganador del concurso incorpora una sala de lectura en el claustro de los Jerónimos

El jurado del concurso para la ampliación del Museo del Prado en el claustro de los Jerónimos eligió ayer por unanimidad el anteproyecto presentado por el arquitecto Rafael Moneo (Tudela, Navarra, 1937) por ser una propuesta "discreta y controlada" en su composición arquitectónica y en su valoración cromática en las fachadas de ladrillo visto. "El arquitecto se ha adaptado a la lógica del museólogo", declaró el presidente del jurado, el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés. El proyecto definitivo se redactará en tres meses y el presupuesto alcanzará los 3.500 millones de pesetas.

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Un remiendo riguroso

La ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, abrió ayer el sobre que identificaba al autor del anteproyecto presentado con el lema Buen Retiro, guardado en la cámara acorazada del Museo Nacional de Antropología (antiguo MEAC), cuando la mayoría de los medios habían adelantado el nombre de Rafael Moneo como ganador. Moneo estuvo ayer ilocalizable por las numerosas reuniones que mantuvo en Nueva York antes de regresar a Madrid.El jurado mantuvo cuatro reuniones, la última el pasado lunes, para votar la propuesta ganadora, desde que el 15 de octubre se entregaron los trabajos, en una maqueta, planos y memoria, de los nueve equipos que habían quedado finalistas en el anterior concurso internacional de ideas, tras la ausencia voluntaria del suizo Jean Pierre Durig. Los anteproyectos se expondrán a partir del viernes en el antiguo MEAC, de la Ciudad Universitaria de Madrid.

"Estoy absolutamente convencido de que Moneo hará el mejor proyecto posible para el Prado", declaró Dionisio Hernández Gil tras conocer el fallo. Hernández Gil y Rafael Olalquiaga, autores de la reforma de las cubiertas, habían presentado un anteproyecto que llegó a la final de las votaciones y que interesó desde la primera reunión. Un tercer trabajo, el de Fernando Pardo, se unió a la atención de los debates, que no encontraron resistencias para llegar a un acuerdo unánime. Algunos miembros del jurado, con el ánimo de romper el anonimato de los trabajos presentados, veían dos moneos, al identificar también el de Pardo.

Las bases

"Moneo es el mejor arquitecto y los demás somos unos pardillos. El fallo ha tardado año y medio, ya que se lo tenían que haber dado en el primer concurso", declaró Hernández Gil. "Nuestra propuesta no se adaptaba a las bases, porque además tenían errores, como el respeto a la zona donde se encuentran las instalaciones actuales, en las que se han invertido 10.000 millones de pesetas. Es un proyecto más silencioso, minimalista, que deja visto el claustro y dentro un cubo de luz para iluminar las salas temporales".Moneo ha ganado porque se ha ajustado "estrictamente a las bases", según Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura y presidente del jurado. Es la opinión de otros miembros del jurado, que desde el principio centraron los estudios en tres o cuatro anteproyectos. En los demás equipos que acudieron al concurso figuran como directores los arquitectos Jesús Marco, Alberto Martínez Castillo, Juan Enrique Zoido, Eleuterio Población, Antonio Barrionuevo y Julia Molino y el mexicano Alfonso Govela.

En el fallo del concurso estuvieron presentes, además de Cortés, el director general de Bellas Artes, Benigno Pendás, y el representante de la Comunidad de Madrid, José Miguel Rueda. No acudieron a la cita Antonio Fernández Alba, por el Ministerio de Educación y Cultura; José Antonio Fernández Ordóñez y Fernando Checa, por el Museo del Prado; César Franco y Francisco Jurado, por el Arzobispado de Madrid, y Luis Armada, por el Ayuntamiento de Madrid.

En su valoración, el jurado señala que la propuesta de Moneo "trata de ordenar los diferentes usos requeridos en una volumetría única en el edificio de los Jerónimos, discreta y controlada tanto por su composición arquitectónica como en su valoración cromática, con ladrillo cara vista". También señala que ordena el plan museográfico "de manera acertada, especialmente con la incorporación de la sala de lectura en el claustro restaurado y la incorporación de las salas de exposiciones, con luz natural mediante el vacío de la sala de lectura". En aspectos concretos, se refiere a la disposición del vestíbulo de grupos, prolongando la cubierta hasta la fachada de las últimas ampliaciones del edificio Villanueva, que permite alojar las áreas destinadas a salón de actos, tiendas y cafetería, al mismo tiempo que facilita la fluidez de comunicaciones entre museo y nuevas dependencias.

"Rigor extremo"

Moneo, con siete colaboradores de su estudio, ha cambiado su propuesta del primer concurso para compaginar la libertad con el "rigor extremo", según dice en la memoria. En el anteproyecto, con actuación entre la fachada posterior del museo y el claustro de la iglesia de los Jerónimos, el arquitecto propone una cuña acristalada, con una estructura de acero y una capa de vidrio antirreflectante y ventilada, donde sitúa el espacio de recepción, al que se accede por la zona norte (puerta de Goya) y por la sur (puerta de Murillo).En este espacio público se van a situar los diferentes servicios, como tiendas, librería, cafetería, restaurante, consignas y taquilla. También sirve para instalar un auditorio para 400 personas y clarificar las circulaciones, con la entrada a las colecciones del edificio Villanueva y el acceso a la zona de los Jerónimos.

El claustro se convierte en una figura cúbica de ladrillo prensado, con dos plantas superiores y tres inferiores, donde se sitúan los almacenes de pinturas, esculturas y objetos. En las plantas superiores se colocan las salas de exposiciones temporales, con unas superficies de 1.250 y 575 metros cuadrados, y los talleres de restauración, que reciben luz natural por los lucernarios. La mayor innovación es la sala de lectura, en el centro del claustro, y la biblioteca para 200.000 volúmenes.

El proyecto definitivo se tiene que redactar en tres meses para adjudicar las obras con una duración estimada de dos años. Al mismo tiempo se tendrán que realizar las nuevas instalaciones para los dos edificios, ya que las actuales están obsoletas.

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