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FUTBOL / Octava jornada de Liga

Athletic y Espanyol alcanzan un empate brusco y excesivo

De un tiempo a esta parte el futbol tiene dos caras cuando divide y enfrenta al Athletic y al Espanyol. Por un lado, el rostro amable de los goles, de la pasión, de la disputa. Por el otro asoma una mueca hosca, arisca, brusca, como si nacieran de un clásico derby, más que de un factor circunstancial. Son partidos con duende y poco fútbol en sentido estricto. Y ayer el duende quiso otorgar un empate excesivo que ambos consideraron injusto.Duende tuvo Esnaider para producir con un bellísimo taconazo un contragolpe perfecto que acabó en gol de Benítez. Truco, más que duende, tuvo Etxeberria para arrebatarle el balón con la mano a Toni y llevarlo a la red aprovechando un barullo.

ATHLETIC 2 - ESPANYOL 2

Athletic: I. Etxeberria; Lacruz (Jorge Pérez, m. 70), Carlos García, Ferreira, Larrazabal; Imaz (Felipe m. 80), Urrutia (Guerrero, m. 45), Alkiza; J. Etxeberria, Urzaiz y Ezquerro.Espanyol: Toni; Cristóbal, Nando, Helguera, Pacheta; Villa, Posse (Arteaga, m. 11), Galca, Quique Martín (Sergio, m. 82); Benítez y Esnaider. Goles: 0-1. M.12.Taconazo de Esnaider para Quique Martín, que habilita a Benitez y bate a Etxeberria ee tiro cruzado. 1-1. M. 25. Remate de Urzaiz que no sujeta Toni, y Etxeberria remacha en la misma raya de gol, posiblemente con la mano. 1-2. M. 61. Benitez cabecea a la red aprovechando la salida errónea de Imanol Etxeberria. 2-2. M. 90. Saque de esquina de Etxeberria que cabecea Carlos García. Árbitro: Rodriguez Santiago, del colegio castellano-leonés. Amonestó a Benítez, Nando, Alkiza y a Luis Fernández. y expulsó por roja directa a Arteaga. Unos 35.000 espectadores en San Mamés.

En principio, se divide el balón que transita a botes o por las alturas anunciando choques de trenes (Urzaiz-Nando, Carlos García-Esnaider) que presagian una disputa atrevida: quien tema, pierde. En prinicpio el Espanyol quiso jugar al fútbol, al contragolpe con la velocidad de Quique Martín y de Benitez y le sacó fruto en diez minutos. Tenía más el balón, lo tocba mejor. El Athletic asustaba más con su profusión de centros cruzados. Pero el gol llegó con la mano, tras un disparo de Urzaiz, que merodeaba el record de Zarra sin hallarlo.

El Espanyol decidió no jugar. Cambió el balón por el minutero y provocó un atasco futbolístico al que el Athletic, sin centro del campo, sólo respondió con más de lo mismo.El partido se quedó a la espera de un nuevo duende o de una nueva anécdota sangrante. Para lo primero, el técnico rojiblanco apeló a la presencia del relegado Guerrero y en un santiamén se procuró dos ocasiones de gol falladas de forma increíble. Era su respuesta al ostracismo. Y en esto llegó Benítez, y cabeceó a la red: el Athletic tampoco tenía cuarto trasero. Y el partido se enredó otra vez. Se embroncó con el Espanyol mirando el minutero y el Athletic obtuso, opaco, vacío. Y hubo una merecida expulsión, y una tangana incluso y un golazo de Carlos García y todas esas cosillas en lo que dice el reglamento que fue un partido.

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