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El tribunal expulsa a Conde del juicio durante el interrogatorio de un testigo

El presidente del tribunal que juzga el caso Banesto, Siro García, expulsó ayer a Mario Conde del juicio oral que se sigue contra él en la Audiencia Nacional, debido a sus excesivas gesticulaciones y comentarios en el transcurso de la declaración de Rosa María Carreño, presunta testaferro del ex banquero. Por otra parte, dos de los testigos que comparecieron ayer, José Antonio Carranza y Luis María Briones, desmontaron en gran parte la defensa de los acusados en la operación cementeras.

El juicio oral del caso Banesto vivió en la tarde de ayer uno de sus momentos más tensos. Eran casi las 17.30 horas y comparecía el segundo testigo del turno vespertino, Rosa María Carreño. Conde había acompañado la declaración con aspavientos y algún que otro soplo a la testigo, hasta que Siro García intervino. "Señor Conde, retírese de la sala hasta nuevo aviso", dijo en un tono serio, ante la sorpresa del ex banquero que dudó algunos segundos, tras los cuales sólo atinó a preguntar si el presidente se refería a que debía abandonar la sala o no. Tras un breve receso al finalizar la declaración de Carreño, volvió a su puesto en la sala y se disculpó.

Los nervios de Conde, que están siendo algo habitual en las sesiones del juicio, se desbocaron justo cuando declaraba una presunta testaferro. Rosa María Carreño había sido secretaria en la Corporación Industrial, fue titular del 5% de la sociedad Gay Cordon (clave en la trama de la operación cementeras) y aparece como administradora de Asebur Inversiones en 1994, cuando ya era Kaneko. De hecho, firma una una inversión de 150 millones. Rosa María Carreño pasó aprietos para explicar su presencia en estas sociedades y su declaraciones a Hacienda.

Otros dos testigos que pasaron ayer por la Audiencia, Luis Briones y José Antonio Carranza, pusieron en entredicho la defensa de los acusados, especialmente Arturo Romaní, sobre la operación cementeras. Ambos negaron la existencia de comisiones, en contra de lo expuesto por las defensas, que siempre se han escudado en la presencia de un intermediario panameño para justificar las diferencias de precios en la operación.

También compareció Joaquín Asensio Monsalve, administrador de un grupo de sociedades que aparecen en el sumario como intermediarias en varias operaciones. El nexo de esas sociedades (Servicios y Recursos, Aguaslimpias y Corporación de Asesores Financieros) es el propietario, Luis Blasco, un viejo amigo de Arturo Romaní. Mariano Rubio declara hoy como testigo.

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