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El director Chraibi señala que el cine marroquí experimenta un auge con el aumento de libertades

Ferran Bono

El director marroquí Saad Chraibi, que participa en la sección oficial de la Mostra con Mujeres y mujeres, donde da una visión de la mujer magrebí alejada de los "tópicos occidentales", señaló ayer que las libertades en su país son cada vez mayores, "aunque no del 100%", lo que ha ayudado a duplicar el número de producciones al año. No sucede lo mismo en Túnez, según explicó la directora de Keswa, el hilo perdido, Kalthoum Bornaz, ya que apenas se hace un filme al año por problemas económicos. Por su parte, el director Maurizio Sciarra comentó que el cine italiano está resurgiendo.

Realizador de la película de la sección oficial Sirocco, su primer largometraje, Sciarra manifestó que, al igual que sucede en España con el cine nacional, en los últimos años el espectador vuelve a las salas a ver cine italiano debido a que los realizadores y las historias conectan más con el público, gracias en parte al cambio generacional experimentado. El realizador lamentó el escaso conocimiento entre las dos cinematografías, a pesar de que, según dijo, guardan similitudes. "Es la forma de ver la vida, de comprender los sentimientos", apuntó, al tiempo que aludía a un sustrato común en los países del Mediterráneo, que él ha podido comprobar, por ejemplo, en la cálida acogida que obtuvo su filme en Haifa, Israel. También comparte esa opinión la tunecina Bronas, que estudió cine en París e impregna el núcleo de su película con elementos biográficos. Se trata de una comedia sobre la identidad del ser humano, narrada a través de una fábula y en la que se pone de manifiesto el contraste de la cultura occidental y la tunecina. Una película al año es el promedio habitual de producción en Túnez, en donde está prohibida la pornografía, "pero no las escenas de amor y los desnudos", y que las películas "hablen del presidente de la república". Pese a que dijo tener posibilidades de rodar en Francia, la directora indicó que quiere "continuar viviendo" en su país. Y sobre su país y la amistad de cuatro mujeres trata la película del marroquí Saad Chraibi. De carácter impetuoso y acompañado de su esposa Mouna Fettou, protagonista de Mujeres y mujeres, el realizador explicó que la primera dificultad que encontró a la hora de rodar este filme fue la de abordar la figura de la mujer marroquí desde la perspectiva de un hombre. Así pues, confeccionó un cuestionario con 50 preguntas para conocer la opinión de varias mujeres sobre diferentes aspectos. "Sí, refleja muy bien la imagen de la mujer moderna en Marruecos", sostuvo la actriz protagonista. Chraibi añadió que la mujer árabe encerrada en su casa, que no participa en la sociedad, existe, por supuesto, pero también hay otro modelo ajeno a la "visión tradicional occidental", que es el que se ha retratado en un filme que han visto "360.000 personas en Marruecos", según apuntó el realizador. "Hoy en día la sociedad marroquí está avanzando mucho y este avance influye en el cine", agregó, al tiempo que destacaba que se ha pasado de hacer tres largometrajes anuales a siete u ocho y también los cortos han aumentado en un momento en que cada vez "hay más apoyo al cine". Chraibi no ha tenido ningún problema con la comunidad fundamentalista islámica. "No he tocado ningún tema que les concierna, prefiero trabajar como si no existieran para no proporcionarles más publicidad, que es lo que están buscando". Los tres directores citados, sobre todo los magrebíes, subrayaron la importancia del festival mediterráneo, que permite que el público se acerque a películas con escasas posibilidades de estrenarse, y propicia el encuentro entre realizadores y gente del cine de numerosos países. El certamen pasó ayer su ecuador, mientras que el VII Congreso Internacional de Música de Cine se clausuró, bajo la presidencia de Francis Lai. El director de la Mostra, Luis Fernández, lamentó "las pocas ayudas" que ha recibido el festival, según recoge Efe. "Somos pocos y no hemos podido dar más; desde hace ocho años no contamos con más apoyo, aunque esperamos seguir trabajando para mejorarlo". Al congreso de música han asistido prestigisos compositores de bandas sonoras, como el propio Lai (Love story), Piero Uniliani (Rufufú), y los españoes José Manuel Pagan (Lola) y Roque Baños (Torrente), entre otros.

Imanol Arias sugiere que la Mostra se convierta en un gran encuentro cultural

Presidente del jurado internacional de la XIX edición de la Mostra, Imanol Arias, de 43 años, sugirió la posibilidad de modificar la fórmula de la Mostra y convertirla en una "bienal al estilo de Venecia", un gran punto de encuentro de las culturas mediterráneas centrado en el cine. El actor protagonista de las películas sobre el Lute, de Vicente Aranda, considera que la ciudad de Valencia y el festival reúnen las condiciones necesarias para ello. Consciente de la dificultad de competir con otros festivales y del escaso margen de elección en la sección oficial, que recoge filmes de países mediterráneos, el intérprete plantea una opción más atravida, "más especial". "Como el festival de Locarno o la retrospectiva Zabaltegui [sección informativa del festival de San Sebastián]", que reúne algunas de las mejores películas del momento con una vocación de cine de autor. "Se podría proyectar lo mejor que se ha producido en Francia", por ejemplo, y ofrecer una oferta sobre todo cultural, basada en encuentros para discutir determinados temas por parte de cineastas y profesionales del ámbito mediterráneo, comentó el artista a modo de sugerencia y sin menospreciar ni la fórmula actual ni otra posible orientación. Imanol Arias también se refirió a las precarias condiciones de muchos países para hacer cine y acotó, en todo caso, el significado de la expresión cine mediterráneo al realizado en España, Italia y Francia, "y no en la zona costera". Además apuntó el hecho de que la mayoría de cineastas con talento, como Kusturica, entre otros, salen de su país para hacer cine. El también director -ha realizado Un asunto privado- destacó la mezcla de elementos de diversas culturas, y el mestizaje de las películas de la sección oficial. El actor se ha tomado un año sabático y recuerda el personaje del padre que interpretó en la película realista África, de Alfonso Ungría, como el que le proporcionó la posibilidad de expresar toda la complejidad a partir de su propia experiencia y, a veces, del recuerdo de su padre. También subrayó su preferencia por el personaje de la película Tango feroz, del prisionero que se suicida cuando sale de la cárcel.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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