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Cardoso anuncia una etapa de sacrificios pero evita explicar las medidas de ajuste

En su primer pronunciamiento oficial tras las comicios, el recién reelegido presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, no anticipó ninguna medida económica y aplazó hasta por lo menos el próximo día 20 de octubre la presentación de un programa concreto de ajuste fiscal para los próximos tres años. El presidente brasileño agradeció al pueblo la confianza despositada en él, que le ha permitido ganar las elecciones en la primera vuelta, pero también explicó que el país precisa pasar por una etapa de sacrificios para poder hacer el necesario ajuste del sector público y salir de la crisis.

Cardoso repitió en reiteradas ocasiones que "Brasil hará lo que tenga que hacer", aunque subrayó que no estaba anticipando ninguna medida económica concreta. El discurso del presidente en Brasilia se produjo cuando tiene matemáticamente garantizada la reelección con casi el 53% de los votos, cuando quedan menos del 5% de las urnas por escrutar.El presidente prometió conservar la estabilidad de la moneda, el real, y aseguró que en su segundo mandato va a trabajar a fondo para que el Congreso apruebe las reformas estructurales. Cardoso pidió al Legislativo que avance en la votación de las reformas de la Seguridad Social y la reforma administrativa y tributaria. "Lucharé hasta el fin para conseguir la aprobación de las reformas que son necesarias para la tranquilidad del país", afirmó.

El presidente aseguró que habrá que tomar medidas prácticas, y anticipó que ha pedido al equipo económico que le presenten un programa de ajuste fiscal antes del próximo 20 de octubre para los próximos tres años. "Es necesario que al año que viene tengamos un sistema fiscal adecuado a la nueva realidad, de tal manera, que los gastos del Gobierno no presionen el sistema para que podamos bajar las tasas de interés interbancario (en la actualidad en el 50%) y volver a tener un crecimiento".

Tras el discurso del presidente, el mercado brasileño se recuperó un poco, pero cerró a la baja. La Bolsa de São Paulo cayó un 2,84% y la de Río de Janeiro cayó también un 2,37%. El pronunciamiento de Cardoso fue un avance de las medidas fiscales que se anunciarán en los próximos días.

El programa fiscal que prepara el Gobierno brasileño representará un esfuerzo de unos 21.000 millones dólares (algo más de tres billones de pesetas) para el próximo año. Además, el Gobierno se tendrá que comprometer a generar un superávit primario del 3% del PIB para 1999.

La ayuda que se espera del FMI podría quedar en torno a los 20.000 o 30.000 millones de dólares (entre tres y cinco billones de pesetas). Las medidas de ajuste están centradas en la reducción del déficit público, que en el primer semestre del año alcanzó el equivalente del 7,3% del PIB, para reducir la vulnerabilidad del país.

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Brasil comenzó el mes de agosto con unas reservas de 74.000 millones de dólares, pero con la constante fuga de divisas del país, el ahorro se ha reducido en dos meses a unos 47.000 millones de dólares. Fuentes del mercado estiman que la reelección de Cardoso y la reducción de las expectativas de una devaluación a corto plazo deben colaborar para disminuir la sangría de dólares en octubre.

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