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ELECCIONES EN BRASIL

La izquierda brasileña comienza la búsqueda del sucesor de Lula

La derrota electoral del candidato de la alianza de izquierdas, Luiz Inacio, Lula, da Silva, no pesará sobre la oposición brasileña, que sale de estos comicios más reforzada y con un optimista futuro por delante, aunque consciente del fin de la era Lula. Según los sondeos efectuados a pie de urna, Lula obtuvo en torno al 30% de los votos, lo que supone su mejor resultado en una primera vuelta, de los tres comicios presidenciales que ha disputado.

Los sondeos también señalaron que la izquierda mejoró su representación parlamentaria y tiene prácticamente asegurado conseguir en la primera vuelta los gobiernos de los Estados de Acre y Alagoas, así como disputar en un segundo turno los principales Estados del país: Río de Janeiro, São Paulo, Río Grande do Sul y Distrito Federal.Un estrecho colaborador de la campaña electoral de Lula aseguró a este periódico que éste está tranquilo y con la satisfacción del deber cumplido. Lula hizo lo que estaba a su alcance; construyó una alianza de izquierdas, luchó por colocar la crisis financiera en el centro del debate y presentó sus propuestas.

La primera gran batalla de esta elección fue conseguir modificar la Constitución para permitir la reelección, y el presidente Fernando Henrique Cardoso la ganó.

La segunda fue la reducción del periodo de propaganda gratuita en televisión, y Cardoso también ganó. Los medios de comunicación han estado cerrados para Lula, tal y como él mismo ha denunciado repetidamente en esta campaña.

Ante una disputa marcada por la desigualdad de condiciones entre Cardoso y el resto de candidatos, el comité de campaña del líder de izquierdas considera que se ha conseguido mostrar su proyecto al país, pero el electorado se ha resistido a darle su apoyo por temer un cambio en estos momentos de crisis. El electorado, mayoritariamente, no vio en Lula el candidato más indicado para pilotar el país durante la tempestad que se anuncia. Pero la crisis financiera que atraviesa Brasil y que ha reforzado el voto a Cardoso obligará al Gobierno a tomar medidas impopulares con obvios reflejos que podrán ser capitalizados por la izquierda, aseguró la misma fuente.

Debate inaplazable

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La elaboración de un proyecto político estratégico capaz de insertar a la izquierda en el diálogo con la sociedad brasileña es el principal asunto pendiente en la agenda de la izquierda a partir de hoy. El debate es considerado urgente e inaplazable en el Partido de los Trabajadores (PT) el mayor partido de la oposición que en estos comicios optó por aliarse, en torno a la candidatura de Lula, con el Partido Democrático Laborista (PDT), con el Partido Socialista Brasileño (PSB), con el Partido Comunista de Brasil (PC do B), y con el Partido Comunista Brasileño (PCB).La sensación generalizada en el PT es que la campaña de este año representa el final de una era en el partido. Lula no podrá embarcarse en una cuarta campaña presidencial, ni el PT tendrá más oportunidades de presentarse ante la sociedad con el mismo discurso. El PT está dividido en dos grandes corrientes: la de los moderados, conocida como articulaçao, y otra situada más a la izquierda, denominada refazendo, y cada una de éstas está formada por diferentes corrientes que provienen de antiguos partidos.

Para algunos la ruptura es inevitable; pero otros creen que sólo las tendencias más radicales podrán salir del partido. En estas elecciones existían candidaturas alternativas a la de Lula, pero su liderazgo acabó prevaleciendo al ser el único candidato del PT que podía reunir el apoyo de todas las alas del partido.

La oposición baraja la posibilidad de que la alianza de partidos de izquierda que se ha formado para estos comicios se mantenga en el futuro de manera estable, no sólo en el ámbito parlamentario, sino que incluso prevé al creación de un frente unido al estilo de Argentina. Los aliados consideran que construir una alianza nacional no depende solamente de la posible suma de fuerzas políticas contra un enemigo común.

Aunque Lula ha hecho un discurso radical en las movilizaciones de masas y ante algunos temas importantes, tanto él como sus asesores, cada vez que han sido llamados a sistematizar sus propuestas, intentan presentar opciones moderadas, dando a entender que realizarían un programa de centro-izquierda. Un cercano colaborador de la campaña de Lula aseguró a este periódico que en la izquierda brasileña no hay nadie que no quiera una apertura al centro-izquierda. La misma fuente aseguró que iniciarán en los próximos días un diálogo con Ciro Gomes, de 41 años, candidato del Partido Popular Socialista PPS (ex comunista, ahora socialista) que ayer consiguió el 11% de los sufragios. La figura de Gomes se cotiza estos días en alza, toda vez que ha sido capaz de pasar de ex ministro de Hacienda prácticamente desconocido a reunir en torno a sí al centro sociológico del país, que hasta ahora no tenía expresión política. Gomes es consciente de que Lula sale desgastado y con pocas oportunidades de mantenerse como el principal líder de la izquierda y considera que puede intentar ocupar el espacio que ha dejado vacío y conducir en los próximo años la formación de un nuevo partido de centro-izquierda uniendo al PPS con el ala moderada del PT, la parte del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que no aceptó la alianza con Cardoso y los disidentes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el partido de Cardoso.

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