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El supuesto asesino de Sonia Rubio vuelve a comparecer ante el juez

María Fabra

El supuesto asesino de la profesora castellonense Sonia Rubio, Joaquín Ferrándiz Ventura, de 35 años de edad, compareció ayer nuevamente ante el titular del juzgado número 8 de Castellón, José Luis Albiñana. El acusado, al que se le imputa un delito de detención ilegal, otro de agresión sexual y un tercero de asesinato, llegó a la Audiencia provincial alrededor de las 13.45 horas. A las 15.30 ya se encontraba de vuelta en la prisión de Castellón. La detención del presunto homicida ha alterado la vida cotidiana de la ciudad.

El sofisticado y complejo proceso de investigación y seguimiento al que ha sido sometido Joaquín Ferrándiz hasta el momento de su detención quedó ayer nuevamente patente a la hora de efectuar su traslado desde la prisión de Castellón, en la que se encuentra desde finales del pasado mes de julio, hasta el edificio de la audiencia provincial de la capital de La Plana. El titular del juzgado número 8, José Luis Albiñana, que instruye el caso, programó ayer una nueva comparecencia del supuesto asesino de Sonia Rubio. Ferrándiz llegó a la audiencia alrededor de las 13.45 horas. El vehículo en el que fue trasladado iba escoltado por un segundo turismo. El coche en el que viajó el presunto asesino estaba ocupado además por un total de cuatro agentes de la Guardia Civil. El procesado vestía pantalón oscuro y una camiseta azul marino de rayas blancas. Para ocultar su rostro metió la cabeza entre las piernas y los respaldos de los asientos delanteros. Apenas 90 minutos después, y tras la elección de un vehículo todoterreno para la vuelta a la cárcel, Joaquín Ferrándiz fue conducido de nuevo a la prisión de Castellón. La alteración de la cotidaneidad que vive Castellón tras la detención del presunto asesino de Sonia Rubio se asemeja a la que se produjo cuando el procesado fue acusado de su primera agresión sexual, en 1989. Entonces, las circunstancias del accidente provocado por el agresor obligaron a la movilización de la sociedad con el fin de localizar a aquellos que, junto a Ferrándiz, habían parado su coche para asistir a la víctima elegida. Panfletos, esperas en el mismo camino (El Palmeral) en el que se produjeron los hechos, seguimiento de vehículos de similares características a las recordadas por la víctima, hicieron que, un mes y medio después del accidente y la agresión, la policía lograra detener al ahora acusado de la muerte de Sonia Rubio. Tras el arresto, el proceso provocó nuevos movimientos. Tanto la familia, como su ex novia y los protagonistas de testimonios que se presentaron a defender la inocencia del acusado llegaron a efectuar una campaña de recogida de firmas a favor de Ferrándiz. El público abarrotó la sala en la que se celebró el juicio, cuya vista oral duró seis horas. "No necesito de esos medios para obtener satisfacción sexual" dijo entonces Ferrándiz, quien fue amonestado por el presidente del tribunal al contestar demasiado airadamente al fiscal. Sin embargo, todo resultó en balde. Las pruebas, según su abogado defensor, no tenían demasiada consistencia, aunque el testimonio de los testigos que presenciaron cómo la víctima se metía en su coche y el reconocimiento por parte de la agredida fueron cruciales.

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