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TENIS OPEN DE EE UU

Moyá se salva en un día poco inspirado

El mallorquín eliminó a Gambill tras perder por dos mangas a una y ya está en octavos

La inspiración no coincidió con Carles Moyá ayer en la pista central del Open de EEUU. El mallorquín vivió un día acíago, de aquellos en los que cualquier acierto se celebra con euforia, pero fue capaz de sobreponerse y acabó clasificándose para los octavos de final. Moyá, 10º mundial, eliminó al estadounidense Jan Michael Gambill, 57º, por 6-2, 3-6, 3-6, 6-3, 7-6 (7-4) tras 2 horas y 58 minutos. Su próximo rival es Alex Corretja que ganó a Byron Black por 6-3, 4-6, 6-2 y 7-6 (7-5).El torneo está resultado tremendamene duro para Moyá. Aún con la agónica victoria sobre el norteamericano Michael Chang -ante quien salvó tres bolas de partido- en el recuerdo, el mallorquín, de 22 años, volvió a rozar la eliminación cuando estuvo dominado por dos mangas a una y, posteriormente, cuando ya en la quinta estuvo con un break abajo.

El partido que jugó ante Gambill tuvo fases deplorables. En varias ocasiones, el propio Moyá se desesperó, lanzó su raqueta y chilló "¡Mierda!", con un tono que indicaba su poco acierto y vivió como un viacrucis el desarrollo de un encuentro que debía ganar en tres mangas. Sin embargo, entre tantos aspectos negativos surgió uno de positivo. Al igual que ocurriera frente a Chang, Moyá no perdió la calma, siguió luchando y permaneció firme en su creencia de que todo no podía acabar tan mal. Y obtuvo su premio.

"Él no hizo nada. Básicamente, le regalé el partido al perder mi saque en la quinta manga con 40-15 a mi favor", dijo el estadounidense de 21 años, que este año está realizando una gran temporada coronada con las semifinales en Indian Wells y Tokio. Pero todo no fue tan sencillo. Moyá ganó la primera manga con la autoridad que por su juego le correspondía. Después confió demasiado en sí mismo, perdió un poco la concentración y permitió que Gambill, con un buen servicio y golpes profundos pero poco consistentes, entrara en el partido y lo dominara.

La clave estuvo, como reconoció Gambill, en la quinta manga. El estadounidense rompió el saque de Moyá de entrada y aquella parecía ya ventaja definitiva. Por tres veces, Gambill se aseguró su saque sin problemas. Y en la cuarta, sirviendo para el 5-3, dispuso de 40-15 y lo acabó perdiendo. Pero no regaló nada. En aquel juego sirvió siete primeros saques y conectó dos aces. Ceder el break, pues, no fue un demérito suyo, sino una concatenación de aciertos de Moyá, que demostró ahí ser un auténtico campeón. Tras aquella rotura, el decorado cambió. El norteamericano perdió consistencia y en el desempate ya estaba derrotado.

Victoria de Conchita

Junto a Moyá, también Conchita Martínez y Arantxa Sánchez Vicario están ya en octavos. La aragonesa cedió la primera manga del torneo en la madrugada del domingo, frente la estadouniense Lisa Raymond, 18ª mundial, la primera jugadora de nivel que se ha cruzado en su camino. Conchita ganó por 6-3, 3-6, 6-2 y dejó constancia de toda la grandeza de su juego, pero también de sus miserias. Jugó una primera manga inmaculada, en la que situó en el marcador la justa medida que la separa de su rival de ayer. Pero a medida que su cabeza se fue enturbiando y comenzó a perder la claridad de ideas que había demostrado al principio, el partido se le fue complicando. Permitió que el partido se le alargara hasta la tercera manga. Pero allí volvió a serenarse y comenzó a repartir bien sus golpes. Acabó imponiendo la lógica del tenis. Por juego nunca podía perder.El torneo se cobró ayer nuevas víctimas. Dos cabezas de serie masculinos fueron eliminados: el británico Greg Rusedski (6º) perdió ante el holandés Jan Siemerink en cinco mangas; y el holandés Richard Krajicek (5º) se retiró lesionado en la rodilla izquierda en la segunda manga de su partido ante el sueco Thomas Johansson.

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