_
_
_
_
_
LA GUERRA SUCIA

La Seguridad del Estado impidió investigar en 1979 a un mercenario de la guerra sucia

Un informe realizado en septiembre de 1979 por la Guardia Civil demuestra que los servicios de la Seguridad del Estado obligaron a suspender una investigación oficial sobre el mercenario francés Jean-Pierre Cherid, vinculado a la guerra sucia contra ETA entre 1978 y 1984. El informe, difundido ayer por la Cadena SER, explica que la investigación, abierta tras el hallazgo de una bolsa con un revólver, se paralizó después de que un comisario y un militar ligado a los servicios secretos dijeran a los agentes que seguían a Cherid y sus compañeros que dejaran de vigilarle "pues eran gente suya".

Más información
La venganza por el asesinato del almirante Carrero Blanco

El informe del Servicio de Información de la Guardia Civil, de un centenar de páginas de extensión, explica que el 7 de septiembre de 1979 se recibió una llamada anónima en el puesto del instituto armado en Leganés (Madrid). El comunicante dijo haber encontrado una bolsa de mano con un arma en los vestuarios del campo de fútbol de la localidad.Los agentes de la 112 Comandancia recogieron la bolsa y la entregaron al GOSSI, el grupo especial de información de la Guardia Civil. En su interior había un revólver de la marca Astra, modelo Magnum del calibre 357 y una agenda con nombres de presuntos etarras, domicilios y más de 60 matrículas, del País Vasco y del sur de Francia.

Además, contenía una tarjeta de autorización de residencia para extranjeros expedida en 1975 y renovada en 1978 a nombre de Jean-Pierre Cherid. Este documento es auténtico y de curso legal, pero no sucede lo mismo con un permiso de conducir y dos DNI, a nombre de Pedro Pérez Hernández y Juan Pérez González, con la fotografía del mercenario francés. De dichos documentos dice el informe que son falsos, "si bien su confección es tan perfecta que no se aprecia la falsificación a simple vista".

Revólver para Interior

"A las 14 horas del día 10 de septiembre de 1979", comienza el informe, a cuyo contenido tuvo acceso la Cadena SER, "el Servicio de Información de la 112 Comandancia del Cuerpo hace entrega a personal de este grupo de un bolso de piel marrón, conteniendo un revólver, munición y diversos documentos, manifestando: que el pasado día 7 de los corrientes el Puesto de Leganés de la citada Comandancia recibió una llamada de teléfono anónima, comunicando que había encontrado un bolso conteniendo un revólver y documentos y que estaba oculto debajo de una taquilla de los vestuarios del campo de fútbol de Leganés, que había llamado en dos ocasiones a la Policía, pero que nadie había ido a recogerlo, que no tuvieran miedo, que no había explosivos, que sólo quería hacer entrega del bolso. Trasladada la fuerza de dicho puesto al citado lugar, tomando las debidas precauciones, recogió el repetido bolso".Los servicios de la 112 Comandancia pidieron información sobre los antecedentes del revólver encontrado a la Intervención de Armas de la Dirección General del cuerpo y al negociado correspondiente de la Dirección General de la Seguridad del Estado, sin ningún resultado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Posteriormente, consultaron con la Comandancia de Bilbao, que comunicó que el 12 de diciembre de 1975 "la Intervención de Armas de Guernica expidió la guía de circulación nº 8.681 para cien revólveres consignados a la Dirección General de la Seguridad, de los números 183.376 al 183.475, entre los que iba incluido el de referencia". En las fotografías incluidas en el informe se distingue incluso el número de identificación del revólver: era el R-183.388. En la bolsa había también una caja de munición con 25 cartuchos del calibre 357.

En la agenda y las notas sueltas que la acompañaban aparecían una serie de nombres de miembros de ETA residentes en el sur de Francia, junto a direcciones y matrículas de vehículos. Algunos de ellos eran muy conocidos, como Francisco Múgica Garmendia Pakito o Faustino Villanueva Txapu. Dos de ellos, sin embargo, resultan especialmente significativos: los de José María Pagoaga Gallastegui Peixoto, que resultó herido en un atentado en San Juan de Luz (Francia) el 13 de enero de 1979, ocho meses antes del hallazgo de la bolsa, y el de Justo Elizarán Periko, abatido a tiros en Biarritz el 13 de septiembre del mismo año, una semana después de iniciarse la investigación de la Guardia Civil.

Más reveladores eran, sin embargo, los números de teléfono incluidos en la agenda y especialmente tres de Madrid: el 222.65.16 (con las extensiones 192 y 194), el 221.37.93 y el 419.16.50. El informe explica que el primer número correspondía a la Dirección de la Seguridad del Estado, al igual que el segundo, que era el directo de la Brigada Central de Información de la Policía (Brigada Operativa). El tercero pertenecía a un edificio de apartamentos situado en el número 23 de la calle Rafael Calvo de la capital.

Los agentes localizaron a Cherid en Madrid y lo sometieron a un seguimiento permanente reflejado en los partes diarios que contiene el informe. En uno de ellos, redactado el 19 de septiembre, los agentes informan de que, cuando estaban vigilando un domicilio de la calle Andorra donde había entrado Cherid, apareció un vehículo de la Policía y que uno de sus ocupantes reconoció al guardia civil que montaba guardia, ya que "habían coincidido en algún servicio".

"Gente suya"

"Debido a esta coincidencia", señala el informe difundido por la Cadena SER, "el comisario jefe de la Comisaría de Chamberí, tras preguntar a dicho agente si estábamos controlando el edificio número 3, le contestó que se vigilaba a un vehículo, a lo que el comisario, al ver la respuesta un poco evasiva, nos presentó a otro individuo de unos 50 a 55 años, y que hasta el momento no había intervenido en la conversación, como el capitán de fragata Rivera, el cual de forma cautelosa insinuó que si estábamos con un vehículo de matrícula internacional, contestando que no, que no era turística, volviendo a decir que si se trataba de un vehículo de matrícula francesa y de un modelo antiguo"."Se le respondió", agrega el informe, "que se trataba de un modelo moderno, replicando el señor Rivera que se trataba de gente suya y que tenían dos pisos en dicho inmueble, que eran dos individuos que trabajaban para ellos y que actualmente se encuentran de vacaciones con sus familias".

"Al preguntar a qué unidad pertenecíamos", prosigue, "se le contestó que a los Servicios Especiales de la G.C., contestando que si nuestros superiores querían más información, preguntaran por el señor Rivera (capitán de fragata) en Castellana nº5 y que dijésemos que ellos se hacían cargo de todo, pues eran gente suya". El documento añade que toda esta conversación se desarrolló entre los tres agentes que realizaban la vigilancia y el comisario jefe de Chamberí y el capitán de fragata, quienes "se despidieron muy cortesmente, volviendo a recalcar que se encontraba en Castellana 5, para lo que hiciese falta".

Después de que los guardias civiles diesen cuenta de esta conversación a sus superiores, la investigación sobre Jean-Pierre Cherid fue suspendida de inmediato, a pesar de que había pruebas para acusarle al menos de tenencia ilícita de armas y posesión de documentos falsos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_