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LA CRISIS RUSA

La mano oculta de Borís Berezovski

No es de extrañar que los comunistas se quieran atar los machos antes de suscribir un acuerdo que abriría el camino a la confirmación de Víktor Chernomirdin como primer ministro. Es difícil imaginar una conversión de este veterano miembro del aparato comunista, que dirigió la mayor empresa de Rusia (Gazprom), se convirtió en miembro del reducido club de magnates que hacen y deshacen en el país y fue jefe de Gobierno en cinco largos y cruciales años en los que se malvendió la propiedad estatal, se destruyó el tejido productivo y se aplicó un monetarismo salvaje para beneficio de unos pocos, él incluido.La culpa de que Rusia esté al borde del caos no puede echarse sobre las espaldas de Serguéi Kiriyenko. Él se encontró con una herencia envenenada y la orden de Yeltsin de hacer todo el trabajo sucio. Luego, le echó sin contemplaciones. Más absurdo aún que su nombramiento es que Yeltsin volviese a recurrir a Chernomirdin. Lo malo es que esos intereses no parecen estar en el origen de las decisiones del presidente, de su círculo más íntimo (encabezado por su hija Tatiana) y del grupo de grandes banqueros y empresarios que tienen en Borís Berezovski a su más genuino y maquiavélico representante.

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Mala nueva adelantada

Chernomirdin es su hombre.No en vano fue Nezavisimaya Gazeta, el diario de Berezovski, el que adelantó en una semana la noticia del regreso del exprimer ministro. El magnate se permitió incluso la chulería de dar la mala nueva a Kiriyenko un día antes de que recibiese la confirmación de boca de Yeltsin.Andréi Piontkovski, presidente del Centro de Estudios Estratégicos, insinúa en un artículo que Berezovski utilizó la información sensible que posee sobre las finanzas de la familia Yeltsin para convencer al presidente, con ayuda de Tatiana, no sólo de que nombrase a Chernomirdin, sino también de que iniciase el proceso para dejar el poder. Según la misma fuente, Yeltsin se retirará por razones de salud antes de cumplir su mandato, Chernomirdin le sustituirá y la Constitución se cambiará para que el presidente no sea elegido por sufragio universal. Piontkovski lanza esta pregunta a los comunistas: "¿Se dan cuenta sus líderes de que están a punto de entrar, no en una coalición izquierdista-liberal, sino en una izquierdista-criminal?". Aparentemente, Guennadi Ziugánov y los suyos están buscando todavía la respuesta adecuada, pero Berezovski les brindó anoche ayuda."Mi pronóstico es que Chernomirdin será primer ministro con independencia del comportamiento de la Duma", dijo, antes de advertir: "La oposición es plenamente consciente de que en caso de cualquier revuelta, la revuelta arrastrará a todos, autoridades y oposición".

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