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Vecinos de Mislata piden vigilancia policial en el Centro de Refugiados

La violenta pelea que mantuvieron el pasado sábado una veintena de internos de la antigua URSS en el Centro de Refugiados de Mislata (L"Horta Sud), en la que resultaron heridas dos camareras, ha colmado la paciencia de los vecinos. María Ángeles Arroyo, vicepresidenta de la Asociación de Vecinos Arniches -el barrio en el que está enclavado el centro- avanzaba ayer que preparan una manifestación para reclamar vigilancia policial en el centro. Pero el alcalde replica que esta actitud es "racista".

El alcalde, el socialista José Morales, considera que esta protesta es "una muestra de racismo contra los refugiados". "Si la reyerta hubiera sido entre españoles a la puerta de un bar nadie se movilizaría", dice. La responsable sindical de UGT confirmó que un destacado número de los 30 trabajadores del centro de Refugiados, indignados por las "reiteradas agresiones que sufren, la saturación del centro y la escasez de personal", piensan participar en la marcha de protesta. El sindicato coincide con la asociación vecinal en que la presencia de vigilantes jurado no garantiza la seguridad ya que "no le imponen respeto a los internos". Por eso reivindican la presencia de dos policías en este centro dependiente del Inserso. "Nos solidarizamos con los refugiados y nos parece bien que trabajen para instaurar la libertad en su tierra", defiende Arroyo, "pero no hay derecho a que inicien reyertas". UGT también denuncia que, para cubrir la ausencia de las camareras heridas, el director del centro, Felipe Perales Biosca, ordenó el domingo a un objetor de conciencia que ayudara a servir la comida, una labor que corresponde a los trabajadores. El director replica que se trató de "una emergencia" porque no podía localizar a ningún trabajador. Perales dijo que intentan localizar a los responsables de la pelea ("casi todos de Armenia y Azerbayán") pero no precisó si serán castigados. "Hay que ser comprensivo", reclama, "es gente acostumbrada a vivir bien en su país que se encuentra exiliada sin apenas recursos". Además, explica que al convivir europeos del Este, latinoamericanos, magrebíes y gente del África subsahariana saltan chispas por cualquier roce.

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