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LA CRISIS LLEGA A LAS BOLSAS EUROPEAS

Kiriyenko advierte que la tormenta financiera rusa está en sus inicios

La crisis económica desató ayer una tormenta en la Duma, que pidió la dimisión voluntaria del presidente Borís Yeltsin, calificó de insatisfactoria la labor del Gobierno y exigió cambios en la composición de éste y en la cúpula del banco central. Pero el primer ministro, Serguéi Kiriyenko, no se dejó intimidar: declaró que la crisis está sólo comenzando y llamó a los diputados a aprobar las medidas necesarias para frenarla, y si éstos se niegan a colaborar, advirtió que actuará por cuenta propia.

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Rusia sólo acaba de entrar en una dura crisis financiera, declaró Kiriyenko ante la Duma Estatal, que ayer celebró la primera de tres sesiones extraordinarias destinadas a analizar la grave situación por la que atraviesa el país y a examinar el paquete de leyes fiscales presentado por el Gobierno. El primer ministro explicó a los diputados que, gracias a la reestructuración de la deuda interna, espera obtener este año cerca de 80.000 millones de rublos (1,7 billones de pesetas a la cotización oficial de ayer) en el año 1998 y no menos del equivalente a 3,2 billones de pesetas en el año 1999. Este dinero, aseguró Kiriyenko, será destinado a pagar los sueldos atrasados. Además, Rusia espera obtener 1,92 billones de pesetas de ayuda este año (1,68 billones, del Fondo Monetario Internacional).

La declaración aprobada por los diputados contra el presidente, el Gobierno y el banco central no es vinculante y fue recibida con tranquilidad tanto por Yeltsin como por Kiriyenko. Este último no cree que en Rusia haya ninguna fuerza política capaz de asumir la responsabilidad por la economía en momentos en que se aproximan las elecciones.

Mientras tanto, Anatoli Chubáis, el negociador jefe de la deuda exterior, declaró ayer que su país puede cumplir con todas las exigencias presentadas por el FMI en julio. Estas exigencias comprenden la reforma del sistema fiscal, una mayor recaudación de impuestos, reducción del déficit presupuestario, reforma de los monopolios y otras medidas.

Con respecto a la reestructuración de la deuda interna, Chubáis adelantó que las condiciones serán extremadamente duras, pero que se respetará el principio de un trato igual para rusos y extranjeros. El plan inicial del Gobierno era discriminatorio con respecto a los no residentes. De acuerdo con las medidas de emergencia introducidas por el Gobierno el lunes, cerca de seis billones de pesetas en bonos del Estado a corto plazo deberán ser reconvertidos en valores a largo plazo.

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