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Yeltsin analiza hoy con su Gobierno las medidas para atajar la crisis

El presidente ruso, Borís Yeltsin, y el primer ministro, Serguéi Kiriyenko, se reunirán hoy en Moscú para terminar de perfilar un plan de choque para frenar la crisis financiera rusa, que inquieta a toda la comunidad internacional, y especialmente a Alemania, uno de los principales inversores en el país. El encuentro tiene por objeto trasladar a Yeltsin las conclusiones de las reuniones de urgencia que Ziriyenko mantuvo el sábado con el gobernador del banco central, Serguéi Dubinin; el negociador con el Fondo Monetario Intenacional (FMI), Anatoli Chubáis, y el ministro de Finanzas, Mijaíl Zadornov. Yeltsin, que formalmente sigue de vacaciones aunque a pocos kilómetros de Moscú, toma las riendas en una semana crucial para el rublo. Sus manifestaciones negando la devaluación, y la obtención de una declaración de apoyo de Bill Clinton, impidieron el pánico.

La próxima semana se considera crucial para definir el futuro del rublo, después de que el banco central ruso tuviera que intervenir en ayuda de numerosas entidades incapaces de atender su demanda de liquidez, como es el caso de SBS-Agro, uno de los diez primeros bancos rusos. El banco Impérial atribuyó a un fallo en sus ordenadores la interrupción, el viernes, de sus operaciones corrientes y garantizó a sus clientes que hoy estaría otra vez en activo.

Créditos alemanes

Mientras unos expertos consideran inevitable la devaluación del rublo, la clase política, temerosa del pánico, trata de impedirla por sus implicaciones para todo el sistema bancario. El periódico Kommersant publicaba una fotografía de una casa de cambio en la que se ofrecían dólares a ocho rublos. Un experto de Deutsche Bank, Michael Rhein, afirmo a Die Welt que la banca central alemana, muy endeudada con Rusia, estaba a punto de hacer una cruz sobre el 60% de los créditos que tiene contraidos con Moscú. Por otra parte, el financiero George Soros manifestó, en declaraciones a una cadena de radio moscovita, que "Rusia necesita un préstamo suplementario de 15.000 millones de dólares (2,25 billones de pesetas) de los países del Grupo de los Siete, países más ricos del mundo, para estabilizar el rublo y ayudar a resolver la crisis actual".

El financiero estadounidense de origen húngaro preconiza la creación de un comité monetario que ligue el rublo a una moneda estable de tal manera que "por cada rublo en circulación en Rusia exista una cantidad de divisas fuertes equivalentes que lo asegure". Ese sistema produciría una caída del rublo de entre un 15% y un 20%, aunque Soros cree que así se estabilizaría, "una condición sine qua non para que Rusia mantenga su competitividad en los mercados mundiales".

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